Reunión de juristas y prensa en Santo Domingo. Como invitados, reputados abogados españoles que tratan de mostrarse cautos en su lenguaje, pero transmiten profunda preocupación por lo que está sucediendo en España.
Si el derecho, las leyes, el cumplimiento de la Constitución son la garantía de la democracia y por tanto de la convivencia de los ciudadanos como iguales… Pedro Sánchez, presidente de Gobierno en funciones y derrotado en las elecciones del 23 de julio, está dinamitando el Estado de derecho. No es menos de ahí lo que ha cocinado para ganar los siete votos separatistas en el Parlamento que le permitirán mantenerse en el poder. ¡Aunque se lleve por delante todo lo construido desde que llegó la democracia a España! Así de claro, así de inconcebible, así de brutal.
El pacto con los golpistas catalanes y la amnistía a los condenados por el golpe de Estado de 2017 se lleva por delante la separación de poderes, el peso de las sentencias judiciales y marca un estilo de gobernar que se parece muy poco a una democracia liberal. Para Sánchez la justicia se debe aplicar con criterios políticos y de conveniencia (la suya, obviamente).
¿Cuál es el precio de esos siete votos, el precio de su ambición de poder, de su enajenación? La amnistía para golpistas, malversadores, incitadores al terrorismo, todos juzgados y condenados. Represión contra los que protestan. Desconocimiento de la Constitución.
El asombro va más allá de la indignación de la oposición y del manido "los que protestan son fascistas". Europa no puede creer la deriva dictatorial de Sánchez y compara la amnistía que ha firmado Sánchez con los ataques al Estado de derecho que ha parado en otros países.
¿Será la democracia española suficientemente fuerte, estará a tiempo de parar el golpe de Pedro? Por: Inés Aizpún [Diario LIbre]