El irrespeto mediático y ciudadano contra el nombre de la República es ya intolerable. ¿Qué es eso de escribir R.D. por República Dominicana?

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Todavía entrada la década de los años sesenta del siglo pasado, en el país y como producto de su aislamiento físico y mental de sus ciudadanos y en donde no había idea de que éramos parte de una comunidad de naciones y al extremo, de que las placas de los vehículos de motor identificaban al país con un RD en su parte superior y no con el correcto de República Dominicana, a los 2.5 millones de dominicanos que existíamos al 30 de mayo de 1961, nos habíamos habituado a la idea de que así debíamos llamarnos como nación.

Y hasta que el ferry que hacia la ruta marítima de pasajeros y carga con Puerto Rico, que se inició para los años setenta empezó a funcionar y la gente comenzó a viajar a Puerto Rico, Miami y Nueva York, todos empezamos a entender que RD no era el nombre de nuestra patria y quienes primero se dieron cuenta, fueron aquellos pocos que teniendo vehículos de motor se dirigían en ellos hacia la isla del Encanto y ya allí y al circular en sus calles, en la generalidad de los casos los policías de tránsito los detenían para indagar por lo que entendían el curioso nombre de una placa que para ellos no identificaba correctamente el nombre de República Dominicana.

Solo después de que ocurrieran varios percances, en Rentas Internas y en el mismo gobierno de Balaguer, entendieron que había que colocar el nombre correcto en la parte superior de cada placa y como identificación de esta nación.

Ahora y de súbito, todo ese periodismo de analfabetos funcionales que se tiene y los dos o tres periodistas extranjeros a los que increíblemente se les permite trabajar como tales aquí, mientras en el exterior a los dominicanos se les impide hacerlo, les ha dado por identificar en cualquier titular y cuando se refieren a República Dominicana como RD y lo que sorprendentemente los directores de los medios lo permiten.

De esta manera, se ha vuelto a sesenta años atrás y ahora con un marcado interés perverso de profundizar en la subestimación que muchos ciudadanos tienen de sí mismos y de su propio país, usando para todo el RD en vez de República Dominicana. Ni siquiera los grupos ultranacionalistas de partidos y el Instituto Duartiano, no llaman la atención de que se corrija el error de lo que ya se ha convertido en una manía tan peligrosa de ignorar el nombre de nuestra nación. OJO. (DAG-OJO)