El Partido Conservador británico: motor de diversidad y bastión del elitismo

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El sucesor a Boris Johnson va a ser el primer ministro británico de color o la tercera mujer en el puesto, dependiendo a quién elijan los miembros del Partido Conservador. 

Es un hito que llena de orgullo a la derecha británica y que ha llamado la atención internacionalmente. “La diversidad del Partido (…) evita que la política polarice sobre asuntos raciales, y también evita que la izquierda tenga el monopolio sobre temas como la asimilación y la diversidad”, escribe Adrian Wooldridge en The Washington Post

Wooldridge destaca que seis de los diez candidatos que se presentaron para el concurso para Downing Street forman parte de minorías étnicas en el Reino Unido: tres fueron hijos de inmigrantes y dos nacieron incluso fuera del país, Nadhim Zahawi en Iraq y Rehman Chisti en Pakistan. Kemi Badenoch pasó una parte de su infancia en Nigeria. “Solamente dos son hombres blancos”, zanja Wooldridge.

Esta situación abre un debate incómodo para la izquierda británica y en particular el Partido Laborista, que ha tenido pocos miembros de minorías étnicas en sus gobiernos y ninguna mujer cómo líder, opina Matt Goodwin, catedrático de ciencias políticas en la Universidad de Kent.

“Para un partido tan comprometido con las políticas identitarias, uno esperaría que esta transición fuera más visible en la izquierda que en la derecha”, dice a The Times.

Esta diversidad entre los candidatos conservadores está en buena medida debida al esfuerzo del ex primer ministro David Cameron por dar prioridad a mujeres y minorías étnicas para escaños tradicionalmente conservadores, como cuenta él en The Times, recordando que cuando participó en las primarias de 2005 era uno de entre siete hombres, todos blancos. 

De los 198 diputados conservadores de entonces, había solamente 17 mujeres y dos de minorías étnicas. “Éramos el partido más antiguo del mundo, y lo parecíamos”, escribió este mes.

Lo que es cierto, sin embargo, es que los cambios entre los conservadores son recientes y que el Partido Laborista sigue teniendo más paridad y diversidad entre las bases. La mitad de los diputados laboristas son mujeres, el doble que tiene el partido del gobierno. Uno de cada cinco diputados laboristas es negro, asiático o mestiza comparado con uno de 15 en el partido rival.

Esto explica probablemente porqué más votantes de minorías eligen al Partido Laborista que a los Conservadores, 58% en comparación con 21%, según un sondeo de febrero citado por Sunder Katwala, director del think-tank British Future, enfocado en inmigración, integración e temas de identidad, y publicado en Prospect

También está claro escuchando los debates de televisiones entre los candidatos que más mujeres y más candidatos de color no se traduce automáticamente en políticas distintas, cómo escribe Nesrine Malik, columnista de The Guardian. “El propósito de la diversidad debería ser expandir y aumentar a perspectivas para que el diseño de las políticas sea más compasivo, más atento a los apuros de las personas marginadas que nunca tuvieron representación en los espacios que más impacto tienen en sus vidas”, dice.

No se trata de sustituir un millonario educado en un colegio privado por otro que ve el mundo de la misma manera e implementa las mismas políticas”, añade, claramente refiriéndose al candidato hasta ahora favorito entre los diputados: el ex Ministro de Economía, Rishi Sunak, que tiene una riqueza con su mujer Akshata Murty, estimada por The Sunday Times, de 700 millones de euros.

La señal más clara que falta todavía un cambio de cultura dentro del partido del gobierno se ve en una foto del Comité 1922, que agrupa a los diputados conservadores sin cartera y organiza la selección del próximo primer ministro británico. Intentando un toque de humor sobre un anuncio que iba a hacer a Teatime mostró una foto de seis miembros del poderoso comité. ¿Y quién salió sirviendo al té a los demás? La única mujer, Nusrat Ghani, vicepresidenta del Comité y una diputada de padres que habían inmigrado de Kashmir.

“¡Ahora lo pillo!”, comentaban en Twitter. “Lo llaman el Comité 1922 porque se comportan cómo si fuera todavía 1922”.Por: Sarah Morris  [20Minutos]