El peor año para comprar en la caída desde 1931: así es el daño de coger un cuchillo afilado en el aire

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Existen muchas expresiones en bolsa que advierten a los inversores del peligro de los mercados bajistas, como el "rebote del gato muerto" o "coger un cuchillo afilado en plena caída". Entrar en bolsa en pleno derrumbe entraña sus riesgos, pero este año está siendo catastrófico. El S&P 500 cae de promedio un 1,2%, la semana posterior a pérdidas superiores al 1%, según Dow Jones Market Data. Lo habitual es que se formen rebotes, aunque el mercado bajista continúe. Esta es la mayor caída de este tipo desde 1931.

Es el peor año para comprar en la caída del mercado de valores desde la década de 1930. En concreto, desde 1931. Lo más difícil de invertir en bolsa no es saber si va a subir o bajar, sino cuándo lo va a hacer. Lo más complicado es detectar cuando toca suelo o techo. Y esta vez, coger un rebote este año es imposible. Los inversores que lo hayan intentado han salido escaldados y han acumulado pérdidas. Después de descensos superiores al 1%, el S&P 500 ha acumulado de promedio a la semana siguiente un rendimiento negativo del 1,2%.

Desde 1931 no ocurría esta circunstancia. Lo habitual es que haya pequeños respiros, en forma de rebote. Permite a los inversores más aventureros a entrar y salir del mercado, en busca del punto de inflexión del mercado. Por lo menos funcionó, después del crash de la pandemia. Los ascensos tras caída fueron la tónica hasta entrar en un mercado alcista. Y también fue lo que ocurrió, tras la corrección provocada por Lehman Brothers.

Muchos operadores han acudido al mercado en plena caída, abrazando la idea de que la recesión que amenaza a la bolsa iba a ser corta y limitada. Pero según se ha ido acumulando peores indicadores económicos y una inflación más alta, más incautos han caído en la trampa. En EEUU, los pequeños inversores han sido los más entusiastas, tras las victorias durante la pandemia. La cuestión ahora es saber si han perdido la fe, después de que el S&P 500 haya retrocedido más del 22%, en lo que va de año.

Las dos últimas semanas han sido, especialmente, duras. El S&P 500 se ha dejado más de un 4%, coincidiendo con una ola de subida de tipos de los bancos centrales, empezando por la Reserva Federal. Las últimas caídas han sido de las peores del año. No han llegado al tropiezo de enero, ni al ajuste de junio, pero casi. "Estoy recibiendo una paliza", reconoce, a The Wall Street Journal, Santi Tafarella, un profesor universitario, de 58 años, y residente en California. "Me siento incómodo", dice, pero a pesar de ello, ha seguido comprando bolsa, incluso el viernes, para intentar compensar pérdidas.

Los pequeños inversores siguen en el mercado

El caso de Tafarella no está siendo una excepción. Según datos de Vanda Research, los inversores minoristas siguen aguantando en el mercado y están comprando más acciones, cuando hay fuertes descensos en las bolsas. El pasado 13 de septiembre, cuando el S&P 500 registró una bajada del 4,3%, la mayor caída diaria del año, las compras netas de pequeños inversores ascendieron a 2.000 millones de dólares en acciones y ETFs. En concreto, del SPDR S&P 500 ETF Trust, se ejecutaron 395 millones, la cifra más alta del año.

Los datos de EPFR, firma encargada de recabar flujos en fondos de inversión, apuntan en la misma dirección. Las entradas netas en este tipo de vehículo de inversión ascienden a 89.000 millones de dólares. Este comportamiento contrasta con la retirada de inversores institucionales. Las conclusiones dejan un amargo sabor de boca. Las acciones más populares, que fueron las que tiraron del carro en el último mercado alcista, como Tesla, Amazon o Nvidia, acumulan pérdidas de más del 30%. Todavía se tiene fe en el mercado o las pérdidas son tan dolorosas, que ya no merece la pena liquidar posiciones, solo maquillarlas.

Las compras minoristas apuntan a tipo de inversor particular. El comercio intradía ha caído a niveles no vistos desde enero de 2020, justo antes de la pandemia, según Vanda Research. Y los inversores más agresivos y avanzados que utilizan apalancamiento, también han desaparecido del mercado. Las opciones de compra han caído a algunos de los niveles más bajos de los últimos dos años, según datos de Deutsche Bank. [elEconomista.es]