El político en el poder nunca debe subestimar al adversario y mucho menos si este se la juega por todas y profundizando en un desgaste oficial, arremete con una alianza opositora a la desesperada, pero bien estructurada

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Que a diez meses de las elecciones presidenciales y su marginal legislativas, en el gobierno, su partido el PRM haga por subestimar la alianza tripartita que la oposición ha hecho para desplazarle del poder en mayo de 2024, bajo ningún concepto debería ser el paso correcto por dar y mucho menos, cuando el mismo gobierno da muestras de desgaste en su ejercicio del poder.

En este sentido, es una tremenda insensatez la que se presenta y cuando con tal reacción de nervios a penas controlados, lo que se observa, es que en muchos niveles de la población hay un velado sentimiento de oposición silente pero agresiva, que por las muestras que surgen, por ejemplo, en las infames redes sociales en su parte contestaria anti-gobierno, es de ponerle atención y de saber manejarse en el empeño.

Todavía más, es evidente que los agentes del PRM han llegado a las instancias de poder y a todo el aparato burocrático del Estado, tal como si el mismo le perteneciese y ni hubiese ley o carta magna que hubiese que respetar y generando con semejante inconducta propia de desalmados, un retroceso absoluto en la calidad de los servicios que el gobierno está obligado a presentarle a la ciudadanía.

Nadie en su sano juicio puede negar, que el tráfico de influencias, el soborno, así como las muestras más increíbles de desagrado gubernamental contra quienes le hagan críticas desde los mass media, es de la misma dimensión, que los excesos descomunales en derroche de gastos publicitarios solo a favor de los medios y periodistas que se entiendan afines de la administración.

Entiéndase también, que el hecho de la descomunal explosión ocurrida el lunes 14 en el centro de la ciudad de San Cristóbal, de improviso, se presenta como la muestra más chocante de un sistema burocrático oficial desbordado y del que sus integrantes entienden que todo le está permitido, hasta darse el lujo y atrevimiento a la vez, de no dar las explicaciones de lugar y peor, con el agravante de 33 muertos, cuyos familiares aún están a la espera de que se los identifiquen y entreguen sus cadáveres.

Sí es de reconocer, el empeño personal del presidente Luis Abinader al disponer de fondos especiales de emergencia para tratar de subsanar los daños ocurridos y los dineros en ayudas sociales que se han especializado y de los que parecería que ya han empezado a entregarse o la afirmación, de que hasta diciembre todas las familias afectadas con muertos y heridos recibirán un subsidio especial de 20 mil pesos.

Sin embargo, los observadores tampoco dejan de pensar, que las medidas han sido tomadas y para ver si de alguna manera esas familias heridas, se olvidan de demandar al Estado y al municipio sancristobalense y que dado lo acontecido, es lo menos que podría esperarse y dentro del mismo espíritu de cooperación que el entonces presidente Hipólito Mejía protagonizó incitando a los familiares de los dominicanos muertos en Nueva York con la caída provocada del vuelo de American que se dirigía a Las Americas, a que demandaran y contrademandaran a la aerolínea y al Estado de Nueva York y sí se comprobara que el derribo del aparato aéreo fue motivado por un misil al confundirse el vuelo con un avión “enemigo”.

También creemos, que los del gobierno están cometiendo el error de no querer ver la realidad de su entorno y no hacerle caso a los enconos y muestras de desagrado, de ciudadanos que no están de acuerdo con la forma de como el PRM gobierna y solo preocupándose de los suyos y olvidando, que si se está en el poder fue por una mayoría de electores no perremeístas.

Ahora y como respuesta al estallido de optimismo de las fuerzas opositoras y al celebrar su alianza, una reacción lógica dadas las circunstancias. Desde el gobierno como desde el PRM, es notorio que se trata de restarle importancia, cuando con tal actitud, se comete el error de incentivar la presencia de más gente descontenta y por lo tanto, nada gobiernista.

Abinader, se supone que estaría hablando a esta mañana desde la factoría mediática más importante, la del grupo Corripio, comparecencia en la que se supone el presidente y sobre los dos últimos acontecimientos de la explosión mencionada y la alianza opositora ahora conocida, más el rumbo que tomaría su interés de reelección constitucional, ofrecería y si no la pospuso por la situación atmosférica generada de súbito sobre el territorio nacional, los últimos detalles a consideración de la nación.

Al mismo tiempo, muchos tenemos el pálpito, de que los perremeístas no están en eso de dar explicaciones de nada, de no modificar sus actos de conducta desde el poder y de tampoco moderarse en el ejercicio arbitrario del poder y que muestran por donde quiera. Sin embargo, todavía se espera de Abinader y al presidente continuar beneficiándose del beneficio de la duda que acompañan sus decisiones y actos, que en algún momento él hará que sus seguidores de gobierno y partido asuman un derrotero más cónsono de quien va a unas elecciones en las que será decisivo ganar electores y para que estos les favorezcan con sus votos y no buscar a lo loco más enemigos o adversarios potenciales.

Los propagandistas gubernamentales, argumentan, que una “oposición fraccionada” no va a parte y que ellos van a ganar con ventaja las consultas electorales. Realmente y conociendo todo cuanto ocurrió en el 2020, en donde un partido de gobierno fuerte y con buenos candidatos, de golpe perdió el poder y por no haber sabido reaccionar a tiempo a “la musaraña” táctica que hiciera el entonces presidente de la Junta Central Electoral, Julio César Castaños Guzmán (ahora en retiro con 300 mil pesos de pensión de por vida) un hombre fuertemente influido en sus decisiones por su alta posición como diácono con rango de obispo católico honorario y su dependencia del grupo Corripio como asesor legal, quién decidió “espontáneamente” suspender los comicios y generando los resultados que llevaron a Abinader y al PRM al poder.

Incluso, ahora parecería que se presenta una alternativa populista nada de despreciar y si se toma en cuenta, la presencia de dos expresidentes y un centenar de probados altos cargos gubernamentales con la experiencia suficiente como para saber “como se bate el cobre” para unas elecciones tan importantes como serán las del 2024 y lo que nos hace ver, que sería de estúpidos subestimar semejante fuerza política, social y de Estado, que desde la oposición y por primera vez desde el 1966 y haciendo excepción de la experiencia del Acuerdo de Santiago del 1974, ahora se le presenta a un gobierno en ejercicio al que sus adversarios le quieren desplazar.

Y es, que definitivamente, al PRM y a los funcionarios del gobierno hay que recordarles, que, si desde el poder se ofende y se ignora a todo el mundo, el fruto a cosechar será el odio y un afán demoniaco por darles una derrota tan determinante como humillante. Insistimos, el espejo del 2020 haría bien en tenerlo en cuenta.

Sobre todo, cuando la lucha política enseña, que el político en el poder nunca debe subestimar al adversario y mucho menos, si este se la juega por todas y profundizando en un desgaste oficial, arremete con una alianza opositora a la desesperada, pero bien estructurada. (DAG) 23.08.2023