El problema del PRM, es que se trata de un PRD trasnochado y fuera de época e incapaz de volver sobre sus pasos

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Talvez algunos no lo han notado, pero el hecho de que el actual partido oficial, el Revolucionario Moderno (PRM) sea uno que se comporta, no como referente de presente hacia futuro y sí como un calco al carbón de un Partido Revolucionario Dominicano (PRD) de tiempos de la Guerra Fría, nos indica, que al estar desactualizado formativamente, sus actuales dirigentes y miembros, todavía no han podido entender que se está en principios del siglo XXI y que por lo tanto, se requiere una manera más fresca y contemporánea de saber gobernar.

Solo hay que ver, que este partido, parecería que vive en función de solo alentar los recuerdos de sus muertos del pasado y al extremo, de que la parte abrumadora de sus más viejos dirigentes, todos actúan con esa ausencia de frescor de cuando no se tienen ideas nuevas y que es la razón de que muchos de estos viven desactualizados con relación a que tienen de presidente de la República  un presidente joven y nuevo y del que se supone que no tiene compromisos de ninguna especie, salvo histórico, con ese pasado tan ambivalente que en muchos aspectos atrasó su paso evolutivo vía la política del poder.

De ahí que el PRM se exhiba con el nuevo gobierno de Abinader, como una entidad que realmente le cuesta adaptarse a los nuevos tiempos y lo que se nota en el significativo hecho, de que la mayoría de sus dirigentes no aceptan la disidencia interna y mucho menos, que uno fuera de su ámbito pudiera ser el presidente de la formación y que saliera de un voto de delegados más que genuino.

Y un partido oficial que cae en semejante tipo de contradicción, no es necesariamente uno que pudiera servirle de columna de apoyo a un gobierno de una mayoría de personas nuevas e inexpertas, intolerantes en alto grado y quienes no entienden que el poder se comparte y para nada se aísla de la misma ciudadanía y que es el caso paradigmático que caracteriza a un PRM, que a este tiempo, ya se entiende como si no hubiese necesitado del voto popular para llegar al poder y mucho más, cuando de cada 100 electores, 40 no votaron por esa formación política.

En este sentido y al no tener el PRM toda la legitimidad posible que le otorga la legalidad de su mandato y al carecer de una sólida base popular propia, vemos como desde el gobierno se trata de suplir la carencia mediante esa propaganda abrumadora y casi alienante, con la que se quiere convencer de que es un partido de masas y que cuyo gobierno es fundamentalmente popular.

Dada esa inexperiencia, es que se nota el por qué y tanto el gobierno como el partido, se han apresurado  a sostenerse en base a un aparato de propaganda de fanáticos, cuando en estos momentos, más que convencer en base a publicidad inorgánica que pocos creen, debería de estar formalizando consultas periódicas y directamente con la población y para tratar de resolver metódicamente los problemas de vida que se le presentan a los ciudadanos y no esa recurrente como falsa actitud de pretender ganar favores en base a compras de voluntades y las que por momentáneas, nunca componen el suficiente capital de trabajo que proyecte al partido dentro del ánimo cierto de la población.

Sobre este particular, solo hay que ver como los del gobierno se empecinan en mantener una represión publicitaria continua contra medios y periodistas que entiende adversarios y en lo que somos reiterativos, denunciando esta peculiaridad tan peligrosa para los mismos intereses del oficialismo y por la sola razón, de que, a mayor escalada represiva, mayor el recelo que crea y hasta entre los mismos medios y periodistas que el régimen beneficia.

¿Cómo es posible que los llamados estrategas gubernamentales, incurren en tan reiterado error de conducta y en momentos que la población y en más de un 60 por ciento, se encuentra muy alejada del nivel y calidad de vida que se le había prometido y lo que se observa en tanta gente desempleada, quiebra de negocios de único dueño o lo peor, cayendo en la cadena de organizaciones delincuencias de fraudes abiertos y aprovechando las tarjetas de ayudas sociales, en las que, si una parte del comercio detallista ha caído en el error de alentarlas y ser participe, se debe única y exclusivamente, a que actores clandestinos del mismo régimen y del PRM, son los impulsadores de semejante fraude a gran escala que está llegando a afectar la funcionabilidad del sistema financiero y que por lo que se ha visto, a horrorizado al mismo presidente Abinader y quien impotente, evidencia que todavía no tiene a fe cierta, quienes han sido los autores de semejantes desfalcos y fraudes desde el mundo oficial.

Es decir, si el mismo Abinader no está debidamente informado del por qué en menos de dos años, desde el interior de su gobierno y con evidente auxilio del PRM, se ha desatado esta amalgama de inconductas de pura corrupción y tal como el PRD trazó el camino en el pasado, ¿qué se puede esperar de aquí en adelante y sobre todo, cuando se llegue el año que viene, al inicio de la campaña electoral de cara a los comicios del 2024 y en los que se supone, que Abinader lleva ventaja táctica y debido a que al ser presidente por primera vez, la Constitución le autoriza a correr como candidato a una sola reelección?

Entonces, definitivamente que el gobernante tendrá que cambiar de manejo político, no aislarse dentro de su círculo de poder y mucho menos darse el lujo de golpear a quienes su partido entiende que pudieran ser sus adversarios y en particular, desde el sector mediático más independiente al sector de la prensa mercancía que controlan los barones mediáticos y que siempre anda de paños y manteles con el oficialismo que le facilita contratos y contratas de obras y servicios para sus empresas y negocios colaterales.

Por supuesto, tampoco es que sus críticos vayamos a caer en el grave error de pretender trazar pautas, a quien como gobierno, tiene todas las herramientas a mano para realizar una buena administración y ganarse el favor de la ciudadanía, pero al mismo tiempo hay que decir, que si el gobierno se encierra y no acepta la disidencia y menos la opinión critica, tarde o temprano terminará por perder el favor popular y con la probabilidad, de que algún tipo de fuerza política diferente pudiera representarle un serio riesgo para su continuidad.

Precisamente, porque esa es la situación que estamos viendo y hasta con preocupación, de cara a la institucionalidad democrática y por el peligro que encierra que el partido oficial pretenda actuar fuera de derecho y queriendo imponerse a como dé lugar, en tanto en el seno del gobierno, la tanta presión partidaria, afecte de manera determinante el desarrollo de una política dirigida a consolidar logros y posibilidades de aumento definidos de popularidad y simpatías, que digamos, que por lo que se observa, el problema del PRM, es que se trata de un PRD trasnochado y fuera de época e incapaz de volver sobre sus pasos. (DAG)