El transfuguismo político que viene desde el 1978 y en el que toda la partidocracia ha participado. Es el primer atentado contra la libertad de escogencia electoral ciudadana

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Alarmarse porque supuestamente el presidente Abinader, su gobierno y el PRM han emprendido una campaña de compra y venta de candidaturas como también de captación de voces de alquiler en el sector mediático, es reaccionar hipócrita y taimadamente a lo que todos los dominicanos sabemos, que lo que se critica ahora, ha sido la mala práctica que desde el 1978, políticos, partidos y partidocracia y con anuencia mediática, han realizado para imponerse entre unos y otros y como base para distorsionar y evitar la libertad de escogencia de los electores.

Ahora y precisamente, todos los actores públicos que han sabido ser parte de semejante vagabundería y pretendiendo darse golpes de pecho, queriendo de ese modo, criticarle al poder político actual que haya un comportamiento tan repetitivo, a muchos nos parece la demostración más viva y falsa de lo que es el ejercicio de la corrupción a nivel electoral.

Percepción que hay que decir, porque todos los partidos y comenzando por los de alianza opositora Rescate RD y todos los otros que se han $aliado$ al gobierno y al PRM y con todo el rosario de entidades de alquiler que les hacen coro y como efecto embaucador propagandístico para engañabobos. NO hay uno, que no haya sido beneficiado de la mala práctica que con tanto escándalo hacen como que denuncian.

De ahí que se entienda, que si esa es la práctica que la partidocracia le ha impuesto al país político y como recurso extremo para hacer trampas con cierto espíritu supuestamente legalista y no hay dominicano de 15 años en adelante que no la conozca o peor que alguna vez no la haya practicado, nos parezca una solemne majadería, criticar lo que ya se ha estado haciendo y que si se critica, es por el temor de la oposición a que ni un ápice del cañonazo de papeletas gubernamental, de alguna manera y desde luego, indirectamente no les llegue a sus bolsillos.

En realidad, semejante distorsión atentatoria contra la libre escogencia ciudadana, es una, que cuanto se está a menos de cincuenta días de unos comicios, se recrudece ampliamente y la ciudadanía, sabiendo que esa es la manera “democrática” de los políticos imponerse entre sí, de inmediato, sus voces más agudas empiezan, no a gritar ni a darse golpes de pecho, sino de actuar a contracorriente, de modo que el daño contra su derecho a elegir sea el menos gravoso y dejando siempre de recurso último el mucho o poco nival de abstención.

El griterío ha sido tal, que, en la mañana de ayer, Abinader emitió un decreto por el que se dice que el gobierno regula publicidad oficial, cuando en la realidad, se trata de un caramelo que se brinda a los que entienden que deben engañarse y tratar de engañar a los demás. En este sentido nada va a cambiar y al contrario, ahora todos los bandos “busca votos” se irán a la desesperada.

No se olvide que la partidocracia sabe, que el trabajo sucio, los políticos y recalcamos, de todos los bandos, lo dejarán en manos de sus amanuenses mediáticos todo lo relativo a manipular la intención de voto ciudadano. Mientras tanto el gobierno y el PRM están siendo más manos sueltas que nunca y la oposición no se queda atrás y haciendo compromisos de cheques en blancos y a cobrar cuando se ganen los comicios.

Todos pues están metidos en una carrera de auto engaño y en la que ninguno cederá un palmo. Por eso, ni nos molestamos en hacer criticas duras sobre este quehacer y al contrario, entendemos que los ciudadanos debemos de entender que con semejantes clavos es que la carreta electoral funciona.

Ahora bien y en el escenario actual, se dá esa novedosa “reunión de trabajo” entre la Junta Central Electoral (JCE) y el Tribunal Superior Electoral  (TSE) y por la que ayer se realizó la primera y con gran estrépito mediático y para que todos los ciudadanos-electores, entendamos, que supuestamente las dos instituciones estarán vigilantes para que en los comicios de febrero 18 no ocurra ninguna anormalidad que los afecte en su funcionabilidad democrática.

Sí debe decirse y al ver, que ya la sociedad civil de antes, es decir, Participación Ciudadana, Finjus y todo el abecedario de letras que la sociedad civil utiliza, no trabaja como el amable componedor e intermediario de otrora, sino que directamente va en favor de las fuerzas políticas -opositoras o gubernamentales- que mejor la $consideren$. Igual ocurre, aunque en menor medida, con las fuerzas vivas y las que, plegadas al gran capital, son la herramienta de uso del aparato económico y financiero para influir en las elecciones y decisiva e independientemente a sus “donaciones”.

Entonces y cuando se ve semejante panorama, necesariamente que no se puede ser todo lo optimista que se quisiera en cuanto a los resultados electorales y de ahí que seamos concluyentes al respecto, pues ninguna de las fuerzas políticas va a ceder en la carrera electoral.

Lo que sí entendemos que debe hacerse, es tratar, de que de los 7.5 millones de electores registrados para concurrir a las urnas el mes que viene, haya un fuerte sector de no menos 3,0 millones de electores, que se sobrepongan a la compra y venta de votos y vayan a las urnas como el último recurso para salvar y no solo la voluntad popular y sí la libertad de escogencia.

Sencillamente, el tremendo grado de perversión y enajenamiento de la voluntad que notamos se está ejerciendo desde los más media, así como de las desmesuradamente infames redes sociales, solo nos impulsa a plantear y hasta como último recurso, de que por sobre todas las cosas, la mayoría de los electores voten en base a sus conciencias y para que las elecciones sean la expresión del voto protesta contra la increíble corrupción política reinante.

Y es que a pie juntillas creemos y como muchos otros  sectores, que con estas elecciones hay que hacer un alto frente a tanta corrupción de la partidocracia y lo que se debe advertir, porque aun cuando ahora no se entienda posible, sí creemos ver, que desde el corazón del electorado también hay un sentimiento de asco contra todos los políticos y que de presentarse agudamente, genere un país nuevo y de ejercicio abierto y firme de una política de libertad dentro del orden, que no es precisamente asunto que nazca de lo civil y sí de lo mejor de las instituciones tutelares de la nación.

Concluyendo. O los electores apelamos a nuestras propias conciencias o en el futuro inmediato se tendría un clima de viva protesta y contra el transfuguismo político que viene desde el 1978 y en el que toda la partidocracia ha participado. Es el primer atentado contra la libertad de escogencia electoral ciudadana. (DAG) 03.01.2024