En este año la descomposición social a nivel político ha llegado a unos niveles que ser corrupto es una norma de vida y peor, que desde los gobiernos se incentiva la oclocracia y en su peor expresión: La subcultura alofoke

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Iniciado el primer gobierno postdictadura luego de las elecciones de 1966 y por acuerdos entre gobiernos, el dominicano y el estadounidense de la época, desde el consulado general estadounidense se dio la liberalización del otorgamiento de visados de turismo sin requisitos significativos.

¿Por qué ocurrió esto?, como la única via más o menos pragmática de sacar del país a cientos de jóvenes que se decían “revolucionarios” y a los que la derecha militar tenía en su mira con fines de asesinarlos y al entenderlos parte de “las fuerzas comunistas que hicieron la revolución del 1965”.

De esta manera y de golpe, en ese lapso de 1966-1968, más de mil jóvenes del lumpen proletario fueron inmigrando a Nueva York a casa de familiares y desde entonces y hasta treinta años luego en el 1998 hubo un total de un grupo de más de cinco mil que terminaron regularizados y como residentes legales en EEUU.

Para el 2003, la mayoría se hizo ciudadano estadounidense y a partir de ahí y como un amplio grupo asimiló ciertas costumbres estadounidenses del bajo mundo, “evolucionaron” y si vale el término, a un nuevo tipo de gansterismo latino-dominicano, que rápidamente se alzó con gran posicionamiento en el tráfico de drogas ilícitas, los asesinatos por encargos y cuanta forma fuera posible de lavado de activos.

Ya para el lapso 1978-1986 con los dos gobiernos del PRD, toda esa gente de conducta y posicionamiento anti social extremo, dieron el paso de instalarse en el territorio nacional con sus dineros mal habidos y estableciéndose el tiempo de más de 100 entidades financieras y algunas cambiando a bancos comerciales primarios, que de buenas a primeras, significaron el fundamento de la actual inconducta alofoke y el surgimiento de un nuevo tipo de bajo mundo, que como ahora se comprueba y después que los presidentes Danilo Medina y Luis Abinader -cada uno en su tiempo- apoyaron que elementos de esa delincuencia social que se habían posicionado en plataformas digitales en internet y desde las redes sociales, instalaran estaciones de radio y televisión digítales financiadas por ese bajo mundo y en base a un rápido accionar de lavado de activos a gran escala y con su otro ramal de más de 100 negocios de “recreación nocturno” y solo en el Gran Santo Domingo, dieron espacio, a que, de golpe, este país se encontró con un bajo mundo tan fuerte, que sus agentes competían entre ellos mismos y arrastrando de paso a lo peor de elementos militares y policiales en todas clases de crímenes, secuestros robos y negocios de alterne, más servicios de espalderos personales.

Fue una burbuja de amoralidad absoluta que arrastró a peloteros de grandes ligas, a negocios familiares de viejas familias y a esa mezcla de delincuencia hibrida, que llegado un momento y por poco, el mismo Estado Dominicano hubiese caído de rodillas si el gobierno de turno no se sacude y cuando se agregaron las mafias de los juegos de azar y de traficantes de viajes ilegales a Puerto Rico y la complicidad abierta de medios de comunicación y periodistas, de esos que se calificaban de “independientes y serios” y ni hablar de ese Poder Legislativo absorbido plenamente por la delincuencia de cuello blanco y que es un panorama que aún sigue.

Debido a semejante desbarajuste inmoral, la mayoría de los políticos y sus partidos y quienes desde el 1975 habían entrado a proteger y alentar toda forma de delincuencia, cayeron al galope en las peores maquinaciones de recibir donaciones de dinero “espontáneas” y la mayoría ilícitas desde EEUU y las que algunos de ellos, traían en sus propias maletas desde Nueva York preferentemente y sin importarles violentar leyes estadounidenses al efecto.

Luego de la terrible experiencia que le ocurrió al líder nacional perredeísta, Peña Gómez, quien fuera detenido en el aeropuerto de Nueva York con un cargamento de dólares que no había declarado, que entonces, los estadounidenses de origen dominicano y conocidos como “los dominicanyork”, se convirtieron en los protagonistas de estos ilícitos y ahora utilizando a las redes sociales y los batallones de bots manejados por “influencers” y como uno de ellos, un expresidiario juvenil por drogas, inaugurando la nueva etapa criminal alofoke y su arma de reglamento de los teteos masivos en los barrios periféricos capitaleños y ahora extendidos a otras ciudades.

Uno de esos antisociales vio su oportunidad y como estaba bien posicionado en las redes sociales, logró las adecuadas conexiones en Nueva York que le financiaran y sin importar como o asociándose a cantantes de los de ahora del llamado dembow, etc y creó su plataforma en internet de vasto alcance y penetración en la juventud.

Su éxito fue tal, que llamó la atención de dos presidentes de la República y quienes hasta lo buscaron y recibieron con honores en el Palacio Nacional y ofreciéndoles candidaturas legislativas y lo otro, de aceptarles recomendados para cargos públicos y llegando a la culminación de su éxito -que indudablemente lo tiene dentro de los parameros de amoralidad existentes- de ser reconocido como asesor de imagen de los gobiernos que le favorecían y en específico del actual, que ya mismo le tiene como su punta de lanza para ganar nuevos prosélitos y paralelamente, para asustar a la pequeña burguesía.

¿Qué ha sucedido? Y si nos referimos al especifico expresidiario, que ágilmente se ha estado constituyendo en una fuerza política y popular en ciernes, de la que Abinader, parecería que tiene las esperanzas puestas para lograr su reelección y generándose entonces una situación inédita: Ya el individuo se entiende, que él no solo puede hacer políticos y funcionarios y sí que él mismo podría constituirse en un nuevo tipo de político, amoral y dispuesto a todo con tal de ser poder.

Que sepamos y salvo este medio, nadie más se ha dado cuenta de la nueva situación, por la que, ahora los mismos políticos están en riesgo de perder sus hegemonías. Por ejemplo, hace mes y pico que el expresidiario ofreció 200 mil pesos de premio a quien lo encontrara en determinada parte de la  zona colonial capitaleña y eso fue suficiente para que de los barrios y del lumpen, salieran en hora vespertina cerca de tres mil jóvenes que tomaron la llamada ciudad colonial con gran desorden y peor escándalo y aterrorizando a los vecinos.

¿Qué ocurrió?, que sorprendentemente, la fuerza pública desapareció de las calles y lo que sucedió como efecto demostración, de lo que este expresidiario sería capaz si hubiese necesidad de tener un pulso con el gobierno o con la partidocracia.

A partir de ahí, ya el sujeto ha diseñado su estrategia para aprovecharse de sus relaciones políticas y querer imponerse de cara a las elecciones de 2028, como candidato e imponer a quienes quiera y que, de suceder, la política nacional daría un salto hacia atrás y como nunca hubiese ocurrido. Ahora el sujeto, solo aguarda el resultado de sus “asesorías” y para comprobar cómo queda posicionado políticamente a partir de las elecciones de febrero y mayo de 2024 y mientras actúa, la partidocracia y sus políticos todavía no caen en cuenta del movimiento de alfombra que se les está preparando.

El panorama que vemos entonces es más que preocupante de cara a la institucionalidad y al ejercicio democrático de gobierno y poder y lo que nos obliga a llamarle la atención a todos los medios y periodistas de la concentración de medios en pocas manos, por lo menos, para que no le pierdan el paso a lo que este expresidiario gesta y porque increíblemente, tanto Danilo como Abinader, han creado una peligrosa quinta columna dirigida a afectar el orden social y eventualmente asaltar el poder.

En este día de Navidad, creemos que la ocasión es propicia y para que se entienda, que no solo que hay que hacer algo para enfrentar este poder social emergente y comenzando por cerrarle la plataforma mediática, sino que debe recordarse, que, en este año, la descomposición social a nivel político ha llegado a unos niveles, que ser corrupto es una norma de vida y peor, que desde los gobiernos se incentiva la oclocracia y en su peor expresión: La subcultura alofoke. ¡Ojalá se nos escuche! (DAG) 25.12.2023