Si vergüenza ajena debe ocasionar que se informe que una sentencia de un tribunal español obliga a la cancillería dominicana a mudar la sede de su consulado general en Madrid a otra localización y en la que sus empleados no perturben a la vecindad inmediata, peor es comprobar la ligereza de respuesta dada por Relaciones Exteriores, en la que resalta la mentira y desinformación como pieza básica de un ministerio en donde ocultar la verdad se ha convertido en su mayor característica.
Aquellos tiempos en los que la sede de la embajada dominicana y otras dependencias administrativas y consulares descansaban en una sede de más de dos mil metros cuadrados en las cercanías de Barajas y que como herencia trujillista nunca debió de ser vendida para que los gobiernos del Consejo de Estado y del Triunvirato obtuvieran sus gobernantes grandes beneficios por esa venta, que afectó groseramente los bienes públicos.
Peor es lo de ahora. Cuyas oficinas son utilizadas como depósitos de vagos a los que se les paga un ingreso sin trabajar y que como ocupan más de la mitad del área de trabajo, desplazan a los verdaderos empleados de allí, en el caso del consulado general, donde de cincuenta y tantos nombrados, efectivamente solo trabajan 14 y parecida circunstancia en la sede de la embajada.
Búsquese una sede de espacio amplio para los 14 empleados que trabajan y están a cargo del día a día y envíese para sus casas a las botellas que hacen ruido y generan desorden en la instalación. (DAG-OJO)
IMAGEN: Foto del asalto perpetrado "por desconocidos" contra la sede del consulado en septiembre de 2020
