¿Estaría EEUU y los países del mundo occidental, dispuesto a todo con tal de impedir que Rusia y China sean las contrapartes en la mesa global del poder?

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Hace 30 años, la antigua  potencia bipolar, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) desaparecía en principio del mapa político del mundo, dando paso a la nueva federación rusa, que era la nación más grande dentro de todo aquel conglomerado de naciones, que dentro de un territorio de 17,13 millones de kilómetros cuadrados, es a la fecha, la nación más grande en todo el planeta y con fronteras y haciendo límites con países de Europa y Asia, al igual que con los océanos Pacífico y Ártico y con una población de 144,1 millones de habitantes.

Para aquel 1991 y como producto directo de la desintegración territorial y como Estado, de la URSS; Estados Unidos de América quedaba como la única potencia unipolar y por lo tanto y, de hecho, el único imperio global indiscutible…hasta hace poco.

Sucedió, que al desaparecer su principal adversario político global. En Washington, sus políticos de inmediato rediseñaron sus expectativas y políticas globales y de primer resultado y al desaparecer la lucha ideológica contra el comunismo, los estrategas estadounidenses se apresuraron a crear su nuevo enemigo: El narcotráfico y el lavado de activos. Y con este, toda una nueva estructura de contención, que de entrada mediatizó aún más la dependencia del resto del continente latinoamericano y sus naciones y pueblos vasallos, de EEUU.

Con la creación de este nuevo “enemigo” gemelo, EEUU, que ya tenía ingresos en sus bancos por más de 300 mil millones de dólares anuales y solo como producto de la comercialización de la marihuana, ahora se le abría la perspectiva de aumentar sus ingresos mega millonarios y en la medida que se involucraba en la “lucha contra los capos de la droga” en Colombia y México preponderantemente y después al resto de los países y como ahora se ha visto, con la creación formal de la nueva estructura político-militar que maneja y controla su última frontera: La zona del Mar Caribe y todas sus naciones islas-Estados:

El Grupo Interinstitucional de la Frontera Caribeña (CBIG, en inglés) aparte de la Operación Guardia del Caribe y el que junto al Comando Sur, cuyo radio de acción cubre 31 países y abarcando 24 millones 900 mil kilómetros cuadrados y como tipo de comando de combate unificado, tiene por misión “proporcionar planificación de contingencia, operaciones, y la cooperación de seguridad para América Central y del Sur, el Caribe” y dentro del curioso contexto de entender a esas naciones como “países dentro de su jurisdicción” y con lo que de suyo, todo entramado de estas, de independencia y soberanía queda inutilizado y al extremo, de que sus propios registros califican su asociación del siguiente modo:

 “El Comando Sur es un mando conjunto integrado por más de 1.200 efectivos militares y civiles en representación del Ejército, Armada, Fuerza Aérea, Marines, la Guardia Costera, y varias agencias federales. Los servicios que proporciona el Comando Sur junto con el componente de Operaciones Especiales Conjuntas, dos Fuerzas de Tareas Conjuntas, una Joint Interagency Task Force, y las oficinas de Asistencia para la Seguridad, se encargan de realizar misiones pertenecientes al Comando Sur y las actividades de cooperación en seguridad. El Comando Sur ejerce su autoridad a través de los comandantes de dichos componentes”.

Estamos hablando, de que para EEUU, los países bajo la jurisdicción del Comando Sur y hablando en criollo, no tienen ni voz ni voto en materia de aplicación de políticas globales estadounidenses dirigidas a sostener su hegemonía regional y mucho menos y como ya está ocurriendo, que a nivel global dentro de las naciones europeas y asiáticas, EEUU está decidido a ponerle cara a Rusia y a China y con el solo propósito de destrozar sus hegemonías regionales o globales y para impedir que la nación estadounidense pierda su principalía como nación-imperio que hasta ahora rige el planeta.

Por lo pronto, ya hemos visto como el presidente ruso se quejó en su última rueda de prensa, de cómo EEUU le había colocado 13 bases militares en torno a Rusia, pretendiendo reducir de una manera critica su libertad de movimientos dentro de sus propias fronteras o como a China y sin tapujos, EEUU le invade su propia zona natural de influencia dentro del Mar Meridional de China, al tiempo que Washington no permite que ningún otro país haga algo parecido en sus fronteras o áreas de influencia geográfica.

Cuando este cuadro de operaciones se observa, por obligación que hay que presumir, que EEUU, parecería que estuviera dispuesto a intentar y mediante algún tipo de movimientos de pinzas, por desestabilizar a aquellos países y por lo visto, sin importarle afectar la paz mundial y si esta es la posibilidad que cabe, ¿cómo naciones como República Dominicana podrían salir del berenjenal en el que las políticas militaristas estadounidenses le han metido?

La pregunta viene y desde el momento que se conoce, que la mayoría de las naciones latinoamericanas tienen sus Fuerzas Armadas totalmente alineadas y dependientes del Pentágono y a un grado tan significativo, que sus organismos militares más sensibles en el área de inteligencia y contraespionaje o en movilización de efectivos “en la lucha contra el narcotráfico y el lavado de activos”, parecería que no tienen que rendirles cuentas a sus respectivos gobiernos y ni siquiera buscar su anuencia al momento que desde el Comando Sur se les dicte una orden de accionar.

Solo hay que mirar el escenario dominicano para entender este esquema y enfoquemos nuestra atención en el Centro de Comando, Control, Comunicaciones, Computadoras, Ciberseguridad e Inteligencia (C5i) de las FF.AA. o el accionar aéreo y naval dominicano, atendiendo a las directrices CBIG, grupo que fue creado formalmente “para unificar los esfuerzos de las agencias estadounidenses en Puerto Rico, junto con las fuerzas de seguridad locales, en su objetivo común de proteger las costas de Puerto Rico y las Islas Vírgenes de EE.UU. de la inmigración y el narcotráfico”, protección aparente de la que República Dominicana no escapa.

De ahí, que cuando se conoce todo este engranaje y se conceptualiza dentro de la lógica pura, necesariamente que hay que convenir, que el cerco que EEUU quiere hacerle a Rusia como a China, hace rato que ya le fue impuesto al área caribeña y lo que naturalmente, si los políticos y militares dominicanos y sus hombres de Estado fueran tales y tuvieran sus cabezas para pensar y no solo para peinarse y exhibirse en desfiles con sus bonitos uniformes, deberían trazar una ruta crítica, que por obligación el presidente de la República estuviera debidamente informado y documentado.

En este sentido, para nosotros no nos cabe la menor duda, de que tan pronto la OTAN de un paso en falso para hacerle el juego sucio a EEUU y hablamos con relación a Rusia y China, naciones como la dominicana deberán estar ojo avizor y saber perfectamente que directriz o que mando, nuestros servicios de inteligencia y contraespionaje y nuestras fuerzas militares emprenderán y en una zona geográfica donde todos los días no menos de tres submarinos nucleares estadounidenses tiene su campo de operaciones. Solo eso queremos advertir.

Se entiende por qué preguntamos: ¿De si Estaría EEUU y los países del mundo occidental, dispuesto a todo con tal de impedir que Rusia y China sean las contrapartes en la mesa global del poder? (DAG)