Charlie Allen, ex directivo de la CIA y que ha ocupado altos puestos en la seguridad nacional USA; y Chris Williams, con destacadas funciones en el departamento de Estado han publicado un análisis en The Cifer Brief, en el que subrayan la necesidad de que los Estados Unidos revitalicen el departamento encargado de detectar los engaños del enemigo. Lo hacen, al considerar que su país, al igual que lo que le ha ocurrido a Israel, no han sabido detectar los preparativos de los ataques de Hamas, como ocurrió con los atentados de Al Qaeda el 11-S o la guerra egipcio-siria contra Israel en octubre de 1973.
La masacre del 7 de octubre perpetrada contra israelíes, estadounidenses y otros ciudadanos extranjeros inocentes por el grupo terrorista Hamás y facilitada por su principal patrocinador, Irán, representa un fracaso para la inteligencia estadounidense. Esta no es la primera vez que la Comunidad de Inteligencia (CI) se sorprende, ni será la última, subrayan.
Entre otras medidas, proponen que se reconstituya el Comité Extranjero de Negación y Engaño (FDDC). La ausencia de un cuadro en la Comunidad de Inteligencia (CI), dedicado y centrado en la negación y el engaño (D&D) estratégicos y tácticos del adversario puede haber contribuido a la falta de advertencias oportunas y efectivas sobre los planes y operaciones de Hamás, enfatizan.
Unas pocas horas de capacitación anual en D&D para analistas de CI seleccionados son insuficientes para inculcar una profunda comprensión de las tácticas, técnicas y procedimientos de D&D del adversario o su impacto en la recopilación y el análisis de CI. La resurrección de un FDDC robusto con un líder fuerte designado por el DNI producirá beneficios a medida que Estados Unidos enfrente amenazas cada vez más sofisticadas de China, Rusia, Corea del Norte, Irán y sus representantes, cada uno de los cuales tiene una buena práctica en el arte del engaño, agregan.
Proponen que la directora de Inteligencia Nacional (DNI), Avril Haines, debería dirigir dos revisiones posteriores a la acción por separado. Una revisión debería evaluar el desempeño de organizaciones individuales de la CI. Aquí, cada director de agencia de la CI debe tener la tarea de revisar el desempeño de su organización determinando qué información relevante se recopiló, las perspectivas analíticas adoptadas y sus bases, cuándo y cómo se compartió esa información interna y externamente, y qué más podría haberse compartido. hecho para hacer sonar la alarma sobre los inminentes ataques de Hamás.
Una segunda evaluación debe ser realizada por personas externas con conocimientos y acceso total a todos los datos relevantes. Ese equipo de revisión independiente debería examinar las distintas agencias para evaluar los desafíos analíticos y de recopilación más amplios en tod la CI que impidieron advertir oportuna y eficazmente sobre los ataques de Hamás y también hacer recomendaciones viables. Los resultados de ambas revisiones deben compartirse con la DNI y su personal, así como con los miembros del Consejo de Seguridad Nacional y los comités de supervisión de inteligencia y defensa del Congreso, recomiendan.
“Algunos argumentarán que ahora –con las hostilidades en curso– no es el momento de realizar revisiones detalladas del desempeño del CI. Estamos totalmente en desacuerdo. Se llevaron a cabo revisiones similares en paralelo con las operaciones militares en curso después de los ataques egipcio-sirios, los ataques de Al Qaeda el 11 de septiembre y muchos otros incidentes. En pocas palabras, cuanto antes comprendamos cómo y por qué la CI se equivocó, antes podremos implementar las medidas correctivas que tanto necesitamos”. “Debemos aprender de nuestros errores y posicionar mejor los servicios de inteligencia absolutamente vitales de Estados Unidos para futuras crisis y conflictos”, subrayan. Por: J.M.Zuloaga [La Razón]