Guerra Rusia-Ucrania. Si se depende de que alguien apriete un botón, qué planes a corto plazo podrían hacerse, si al final toda una guerra de exterminio, parecería que es lo que nos espera como humanidad?

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Tal como va discurriendo este séptimo día de guerra entre Rusia y Ucrania, queda la desagradable impresión, de que a la humanidad nos esperan momentos muy aciagos y de los que parecería que nadie tiene una respuesta real de contención y cese, de lo que en apariencias y de acuerdo con la propaganda occidental, “es producto de la intolerancia de un gobernante”, en tanto otros decimos que también lo es por la terquedad y afán de aplastar, al contrario, por parte de otros gobernantes.

En este sentido, estallada la guerra entre ambas naciones de origen eslavo y viendo como la escalada de agresiones verbales y propagandísticas aumentan a un nivel y de esos que parecería que no existiera ningún punto de retorno, que definitivamente habría que preguntarse el por qué se ha llegado  a esta situación de aparente callejón sin salida, en la que es tan obvio, que parecería que los principales gobiernos del mundo, se inclinarían por jugarse el todo por el todo y con tal de creer que han encontrado la oportunidad para ajustar cuentas con la nación asiática que ha tenido a las grandes potencias occidentales prácticamente puestas de cabezas.

Es partir de este punto, que, lo primero que hay que observar, es que con todo y que la URSS desapareciera para los años noventa del pasado siglo, rompiéndose así el presunto esquema ideológico de contención que oscilaba entre EEUU y Rusia, se hace evidente, que de parte de Occidente, quedó ese sutil resentimiento de entender su incapacidad al no haber podido liquidar del todo al enemigo ideológico y potencia militar y hasta descubrir años luego, que la nación eslava resurgía como determinante potencia militar y económica y por lo que al parecer no había manera de lograr su contención y para que la lucha ideológica no volviera a emerger.

Hubo sí un intento de acercamiento entre ambas partes y cada uno tratando de presentar su mejor cara en aquellas reuniones en EEUU a propósito del grupo G7 original y en la que los tanteos por un lado y conocimiento personal por el otro, todas las naciones allí representadas trataban de acercar posturas y con miras de ver que se podía conseguir y sin que por ello hubiese la necesidad de generar una nueva especie de guerra fría.

Sin embargo y por lo que ahora se está viendo, todo resultó en esfuerzos fallidos y dado que las cartas marcadas de una y otra parte no daban espacio para la negociación o la mínima transacción y ni siquiera como un sentido lógico de razonabilidad y actitud pragmática.

Para colmos y en la medida que Rusia avanzaba en sí misma y se proyectaba como una potencia militar de una envergadura tan insospechada en materia de cohetería espacial, fue evidente que EEUU y aliados trataban de buscar las vías para lograr un punto de alcance del que se pudiera decir, que podrían detener en su parte más débil a una Rusia de la que a ese momento, para los gobernantes occidentales, no quedaba dudas de que si se le continuaba dejar que creciera económica y militarmente, habría un momento que la confrontación directa sería el único paso a emprender.

Y desde hace siete días es lo que la humanidad y horrorizada, ha estado presenciando. Todo comenzó con una especie de cerco militar de parte de Occidente y vía la OTAN, instalando ejércitos y bases lo más cerca de las fronteras rusas, en tanto y jugando a ser zalamero, Occidente hablaba de que no eran acciones dirigidas en modo alguno a afectar la seguridad de Rusia.

Luego siguieron las presiones de todo tipo y con miras de hacer que Rusia se desesperara y entendiera, que de hecho y vía la OTAN, Occidente realmente quería contenerla y si era menester, iniciar algún tipo de confrontación o guerra local y con tal de que Rusia no continuara creciendo al nivel preocupante para los intereses de Occidente.

Se creó entonces el escenario belicista en Ucrania, se le proveyó a esta de armas y hasta que el lenguaje violento y la acción contumaz extremadamente provocadora, dejó de ser tal y hasta convertirse en el escenario de guerra abierta que ya ha sido creado y desde el momento que Rusia entendió que su propia existencia era la que estaría en juego y si dejaba que sus socios de Occidente concretaran más ampliamente sus planes militaristas.

En resumen: Las grandes potencias han desarrollado un escenario de guerra de exterminio o de extinción, por el que la humanidad y de pronto, queda enfrentada a sus propios y peores miedos. Ha renacido el fantasma de los viejos nacionalismos, el fanatismo ciego de los grupos y castas de cuando el mundo estaba conformado por tribus y por lo que ahora se está viendo y ya con la irracionalidad apoderándose de todos, parecería que no hay espacio para suponer que el mundo podría continuar y viviendo.

¿Qué podemos hacer, naciones y pueblos que no tenemos peso de decisión alguno en la toma de políticas globales, sino es apelar al Altísimo y con miras de que el raciocinio y la cordura imperen, al tiempo que todo el mundo se quedó helado, viendo anoche como el presidente de EEUU y desde el Congreso de su país, el mismo y sin pudor alguno se mostraba como un chiquillo ansioso de entablar una guerra, mientras del otro lado, una Rusia que siente que se la quiere destruir, empieza a actuar y duramente, tratando de sobrevivir ante una contienda, que de cara a terceras naciones  se entiende que no provocó? Pues absolutamente nada y por lo que se está viendo, todos debemos a empezar a prepararnos para lo peor.

De ahí que digamos, que en lo de la guerra entre Rusia y Ucrania, si se depende de que alguien apriete un botón, ¿qué planes a corto plazo podrían hacerse, si al final, toda una guerra de exterminio, parecería que es lo que nos espera como humanidad? (DAG)