La extraña contradicción, de unas autoridades que se sienten orgullosas de que atrapan drogas “más que antes” pero que no han podido lograr que el diez por ciento de ingreso de lo que atrapan sea eliminado

0
265

Definitivamente que hay que entender algo. Los clanes que controlan los laboratorios como los cultivos de marihuana en países sudacas como Colombia o en la parte sur de México y quienes son los proveedores de la Logistica que permite, que a través de República Dominicana pase a la libre el diez por ciento de toda la droga que solo en Colombia va dirigida a EEUU y Europa, lo que nos dice, es sobre el gran encubrimiento de las autoridades nacionales a cargo de la persecución del narco, quienes se muestran incapaces de actuar con la celeridad debida para enfrentar e intentar erradicar el flagelo.

Todo lo otro que se quiera decir y más como pretexto propagandístico que como accionar cierto para impedirlo, es una mentira grosera que oculta la existencia en el territorio nacional de la economía subterránea que tiene que ver con la compra y venta y trasiego de drogas por el territorio nacional y en particular desde su zona sur este hasta el sur profundo y que ahora con el anuncio del crecimiento y desarrollo de Pedernales como nicho turístico de primera línea, obligará a los anarcos a diversificarse en sus entregas marítimas por esa parte de esta nación.

De hecho y como recién se descubre, ya han empezado a efectuar tanteos de ventas de armas ligeras y de asalto estadounidense metidas de contrabando en el territorio nacional y lo que tiene un peligroso sesgo pandilleril que dejándolo sin control y persecución podría abrir un abanico de posibilidades para el surgimiento de unidades de acción del narco para enfrentar a la DNCD en su propio terreno.

En este sentido, no creemos que haya que ser optimista y menos batir palmas sobre unos hallazgos de drogas, de esos a los que hay que entender que de suyo están programados y más por entretenimiento propagandístico, a que respondan a una política real de contención y en lo que juega un papel fundamental esa parte de la prensa dominicana aliada a intereses estadounidenses non santos y que aquí se disfraza como parte de las encopetadas “viejas familias”.

Si fuera lo contrario, los laboratorios de fabricación de estupefacientes, que desde que el PRD llegó al poder en el 1978 y abarcando hasta el 1986, ya debieron de haber sido erradicados y no solo el aparataje que se hizo con el primero de ellos, uno dirigidos por colombianos y dominicanos por las cercanías de San Cristóbal, cuyos detenidos ya están libres y el centro de producción movido hacia otro lugar y en el interin, habiéndose creado, de cuatro a siete en la actualidad y de los que las autoridades a cargo no dan información alguna que pudiera representar o decirse, como que efectivamente ha habido la erradicación total de esos centros de producción y distribución.

Lo otro, es el “factor estadounidense”, que con todo que sus guardacostas pueden transitar en nuestras aguas como perros sin control o que desde el Comando Sur se elabora un plan estratégico aparentemente de contención anti droga, en la práctica, no es más que el brazo militar que la industria del narco en EEUU tiene para garantizarse unas rutas seguras que provean a los más de 100 millones de consumidores de drogas estadounidenses, un abasto continuo y sin problemas y disfrazado todo de supuesta lucha contra el narcotráfico.

Basta recordar, que para el tesoro de EEUU la economía estadounidense se nutre de más de 300 mil millones de dólares de ingresos por marihuana y ya con cultivos propios y casi mil millones de dólares solo en cocaína y otros dos renglones de estupefacientes en forma de todo tipo de pastillas como anfetaminas y que son ingresos, que aumentan exponencialmente según aumenta el reclamo de mayor consumo por los consumidores estadounidenses y lo que es respaldado por esa maquinaria financiera especialista en lavado de activos de cualquier clase o especie y con bancos corresponsales en terceros países de esos “geoestratégicos” como República Dominicana.

Véase entonces, el por qué es imposible que el mercado de las drogas no sea factible que pueda ser erradicado, en tanto sus fuentes primarias de abastecimientos en ciertos países sudamericanos como Colombia, Ecuador y Perú o en el norteamericano de habla hispana que es México, sencillamente no cesan.

Esta  realidad, debería indicarle a las autoridades dominicanas, que de alguna manera ellas deberían constituirse en unidades que realmente vayan acorde a los intereses criollos y no como es el caso, para garantizar que la economía estadounidense crezca y se fortalezca en este ámbito y en el que solo en los últimos diez años y quierase que no, arroja el resultado de más de tres mil millones de dólares estadounidenses que han ingresado a esta economía y después que ciertos “canales de distribución” han lavado sobre los cuatro mil millones de dólares para su acceso en el territorio nacional.

Tenemos entonces una gigantesca economía subterránea que facilita recursos inagotables para determinadas entidades financieras, el alto comercio y mecanismos alternativos de producción agrícola y ahora turística, que contando con la complicidad de las autoridades dominicanas políticas y de uniforme, no ofrecen la perspectiva de que se pudiera decir, que de alguna manera, semejante “lucha contra el narco" vaya por buen derrotero y mucho menos, cuando más del 75 por ciento de la gerencia de la industria turística hotelera y de casinos, se encuentra bajo control de la mafia estadounidense en Las Vegas y sin importar su origen español o europeo.

Nada más y con solo conocer el mecanismo de repatriación de los dineros como beneficios que la hotelería produce, sería fácil descubrir el nivel de penetración de los grupos gansteriles de EEUU dentro de la economía dominicana. O ahora que se anuncia el desarrollo de Pedernales, ¿acaso se desconoce, que los proveedores de drogas sudacas ya ensayan vías alternas para el momento que el desarrollo turístico de la zona haya que dejarlo en manos de la mafia estadounidense que controla casinos y hoteles?

Viendo todo esto en perspectiva y dándonos cuenta de que la lucha contra el narcotráfico y por el factor geoestratégico que conforma República Dominicana, será un asunto imposible de erradicar, que el Estado Dominicano bien que debería buscar alternativas de mayor participación en los mecanismos castrenses de control y como forma audaz de lograr una participación en ingresos ciertos que compense los cuantiosos presupuestos y gastos criollos en la aparente “lucha contra el narco”, mientras paralelamente, los actores uniformados criollos y en lo personal y también políticos y uno que otro importador o mediático, se enriquecen apreciablemente y provocando el nacimiento de la corrupción por drogas dentro del factor castrense, que de no ser controlado, eventualmente podría convertirse en un serio dilema de afectación del orden político y social y como muy pocos políticos y autoridades en la actualidad ni suponen.

También debe recordarse lo siguiente: El Comando Sur es un mando conjunto integrado por más de 1.200 efectivos militares y civiles en representación del Ejército, Armada, Fuerza Aérea, Marines, la Guardia Costera, y varias agencias federales y que, dirigido por la general Laura J. Richardson, solo por vía de los agregados militares estadounidenses y delegados operativos en este país, tiene un control muy cierto de la situación y tanto o más que la que pudiera tener el Estado Dominicano o su mismo presidente.

Igualmente, hay que saber como nos miran los estadounidenses y para ello solo hay que tener en cuenta la estrategia de EEUU para América Latina y el Caribe y de acuerdo con el especialista doctor R. Evan Ellis, PhD cuyos trabajos influyeron suficiente en el periodo que Donald Trump fuera presidente.

Sobre nuestra nación, Evan Ellis decía: “La República Dominicana ha sido por mucho tiempo un socio clave político y económico de Estados Unidos en el Caribe, con diásporas significativas en Nueva York y Miami, y una relación comercial fortalecida por la participación del país en el Tratado de Libre Comercio Centroamérica –República Dominicana (CAFTA-DR, por sus siglas en inglés). En la actualidad la República Dominicana disfruta de una de las economías más fuertes en la región, y uno de sus presidentes más populares, Danilo Medina Sánchez, fue recientemente electo a un segundo mandato en mayo de 2016. El hecho de que el país comparte la Isla de la Española con Haití lo ha convertido históricamente en una parte clave de la respuesta internacional a la crisis humanitaria en Haití, obligando a la República Dominicana a cargar con una porción desproporcionada de efectos indirectos, incluyendo apoyo a refugiados haitianos. Más allá de Haití, en calidad del país de habla hispana más grande en el Caribe y físicamente próximo a Cuba, la República Dominicana será uno de los actores más afectados por la reintegración política y económica de Cuba en la región, y uno de los socios más aptos a ayudar a Estados Unidos a comprender y manejar las consecuencias de esa reintegración, particularmente en el Caribe. La República Dominicana es también un nódulo clave en el movimiento de drogas y otros productos ilícitos desde la costa norte de América del Sur hacia Estados Unidos y Europa. Al otro lado del Caribe, al sur del país, la erosión continua de gobierno en Venezuela, y la expansión de la producción de cocaína en Colombia (debido a la antes mencionada suspensión de acciones contra las FARC y la fumigación de glifosato de las plantas de coca) continuará expandiendo la cantidad de cocaína que viaja desde la costa caribeña de esos dos países hacia la República Dominicana y, desde ahí, hacia Estados Unidos y Europa. Los recursos de las organizaciones narcotraficantes que pasan a través de la República Dominicana y las actividades afines de los grupos criminales ahí han tenido un impacto abrumador y de gran corrupción en las instituciones gubernamentales. Estados Unidos debe redoblar su labor con el gobierno de Medina para luchar contra el narcotráfico y sus efectos de corrupción a la vez que mantiene y le saca provecho al papel que desempeña la República Dominicana como un socio clave en el Caribe”. (publicado en AIR & SPACE POWER JOURNAL. Algo así como una especie de biblia para especialistas del sector).

Visto pues todo lo anterior y ahora que también hay tráfico y contrabando de armas ligeras y de ataque para proveer a sectores de poder económico y del narco, lo correcto debería de ser, que los dominicanos deberíamos dejarnos de ser candorosos y entender la extraña contradicción, de unas autoridades que se sienten orgullosas de que atrapan drogas “más que antes” pero que no han podido lograr que el diez por ciento de ingreso de lo que atrapan sea eliminado y para que entonces descubran la verdad de lo que realmente sucede. (DAG)