La izquierda: ¿Dónde?

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Es increíble como la lucha ideológica desapareció de la República Dominicana. Los actuantes políticos en la vieja izquierda se esfumaron, o se integraron a los partidos del sistema. Nadie ha tenido el valor y la fuerza de levantar una postura de izquierda con posibilidades de tener buen papel electoral.

Al caer las luchas ideológicas, los partidos de la vieja izquierda desaparecieron. No pudieron hacer la transición entre la banderola, los llamados a la lucha armada, las huelgas y tener como padrinos a las potencias de la mal llamada Cortina de Hierro.

Uno de los graves problemas de esa izquierda es que perdió los objetivos, y no tenía en muchas ocasiones cabeza propia para pensar, sino que actuaba de acuerdo con los lineamientos internacionales de China, la Unión Soviética y Cuba.

Una pena la inconsistencia de esos muchachos de izquierda, porque constituyeron lo más noble que ha producido la política dominicana. Ofrendaron sus vidas en la búsqueda de una sociedad libre, sin ataduras económicas, morales y sociales.

Quizás el primer escollo para que la izquierda floreciera fue esa subordinación ciega a patrones extranjeros. En su momento, los Chinos fueron exportadores de la revolución armada, pero luego abandonaron ese camino. Pasó lo mismo con la Unión Soviética.

Los Chinos dejaron a un lado el Libro Rojo de Mao Set Tung, para entrar de lleno en el capitalismo de Estado. Hoy se codean con los Estados Unidos como la primera economía del mundo, y su lucha es por dominio de mercado, y no levantar el fúsil.

Cuba, acorralada por un bloqueo económico, dejó a un lado la lucha guerrillera. La caída del Che Guevara significó una revisión del apoyo de los cubanos al movimiento revolucionario latinoamericano. Ese era el momento de comprender que había que cambiar, para poder seguir viviendo.

Otro error de las izquierdas fue pensar que toda la lucha estaba sintetizada en Joaquín Balaguer. Cuando se termina el gobierno de los doce años, era el instante que los revolucionarios tenían que aprovechar en la legalidad, para erigir proyectos políticos electorales.

Ya en el día de hoy es difícil poder levantar un proyecto político de izquierda. El accionar de ahora es llegar rápido al poder, pensar en beneficios personales y grupales y luego en el bienestar colectivo. Los postulados de las izquierdas están vivos y vigentes, pero faltan los hombres y las organizaciones para ejecutarlo. ¡Ay!, se me acabó la tinta. Por: Manuel Hernández Villeta [El Nacional]