La pobreza

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El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y la Iniciativa sobre Pobreza y Desarrollo Humano de la Universidad de Oxford (OPHI) dieron a conocer ayer la actualización del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) a nivel global y por países.

Los datos sobre la República Dominicana son espectaculares. El reporte establece que de acuerdo a las estimaciones del último año disponible (2019), el IMP se redujo entre el 2007 y el 2019 en un 63.3%, lo que implica que  1.7 millones de personas salieron de la pobreza en esos años.

Entonces, podemos decir, si los datos son fiables y no tenemos por qué dudar de ellos, que los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) hicieron un gran trabajo en sacar a la mayoría de la gente del IPM, que incluye factores como salud (nutrición, mortalidad infantil), educación (años de escolaridad, asistencia escolar) y estándares de vida (combustible para cocinar, acceso a sanitario, a agua potable y electricidad; materiales de construcción de la vivienda y tenencia de activos básicos).

Me parece curioso que este reporte no haya tenido datos actualizados por parte del gobierno actual y que esté desfazado por tres años. Creo que se hace pertinente, tras el azote de la pandemia, que conozcamos cómo han sido impactados todos los sectores que se miden en este índice, para saber dónde estamos parados como sociedad.

No quisiera pensar que alguna trama de conveniencia política tras esa decisión. Sabemos, según el Boletín Oficial de Pobreza Monetaria 2022, que la tasa de pobreza general para 2022 fue de 27.7 % y disminuyó en 3.0 puntos porcentuales respecto a 2021, que fue de 30.7 %. Pero esos datos del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo sólo se refieren a la pobreza monetaria, no a la multidimencional que, como dice su nombre, recoge diversos aspectos sociales más allá del económico.

Lo que tenemos claro es que la calidad de vida para los dominicanos dio un salto entre 2007 y 2019, un logro que hay que defender y no permitir un ápice de retroceso, porque todavía queda mucho camino que recorrer. Por: Benjamín Morales Meléndez [Diario Libre]