La proclamación de la campaña electoral para las elecciones municipales del 18 de febrero y la que deberá culminar el 15 del mismo mes, se efectuó ayer y de pronto, la República ha quedado de rodillas. ¡Qué Dios nos ampare!

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La partidocracia impuso su precampaña desde hace dos meses y los jefes políticos y sus candidatos van consientes de que se vive dentro de una democracia autoritaria nada democrática y en la que todos los actores políticos tienen la mayor ventaja frente a los electores y a los que se les ha negado el derecho a ejercer su libertad de escogencia.

¿Mayor prueba de lo que decimos?, ha sido lo que ocurrió con las accidentadas elecciones del pasado fin de semana en el Colegio de Abogados, en donde el PRM, pretendió pasarse de listo en base a su monopolio de poder, frente a una oposición, que, siguiendo la práctica usual en estos casos, de competir desde lejos sin afectar la institución de que se trate, todo el tiempo guardó las formas y para nada se extralimitó institucionalmente.

Lamentablemente y al momento que en el gobierno se dieron cuenta de que al candidato que alentaba, este perdía fuerza frente al candidato de la Oposición, este dio el paso en falso de perturbar el conteo de votos al enviar un batallón de policías “a resguardar para evitar desordenes”, mientras pandilleros suyos trataron de interrumpir el conteo de votos y hasta agrediendo al abogado a cargo de ofrecer el último boletín de cierre.

Con todo y aun cuando desde la Consultoría Jurídica del Poder Ejecutivo se hizo lo imposible por cambiar los resultados, fue evidente que la avalancha de votos a favor del candidato de la oposición no permitía que los revoltosos del PRM pudieran lograr sus fines.

Aun así y contra todo sentido de la prudencia, en la citada consultoría se ha tratado por retrasar la instalación de la nueva directiva, haciendo que el candidato del gobierno impugne los resultados electorales y lo que en absoluto impedirá la ratificación del triunfo de la plancha ganadora, pero sí que atrasará la instalación de sus miembros como la nueva directiva del CARD.

En este aspecto, el intento de sabotaje hecho por el PRM y su gobierno, reveló una vez más la carencia de responsabilidad cívica de todos estos y quienes sabiendo que actúan dentro de una democracia autoritaria, que hasta ahora ha permitido a los miembros de la partidocracia cometer todos sus desafueros, esta vez, parecería que hay un fuerte grupo de ciudadanos y sin importar la bandería política a la que pertenezcan o se les identifique, que no quieren pensar que la bandería que está en el poder y sus aliados, tomen por asalto las urnas en el 2024 y se burlen de todos los que emitieron sus votos y que de suceder, precipitaría a la República a una grave crisis institucional peor que aquella que se vivió en el 1978.

A este jueves, parecería que ya las aguas han vuelto a su nivel y que, a regañadientes, tanto el gobierno como el PRM aceptan los resultados, mediante los cuales, el candidato identificado con la plataforma opositora Rescate RD ganó la presidencia del CARD con holgada mayoría.

Entretanto, quedan “los cadáveres” del intento de obstrucción gubernamental: 4 millones de pesos de soborno para uno de los candidatos y revelado con gran descaro por este mismo: una terrible campaña de infundios y tergiversaciones desde el aparato de propaganda oficial y un ataque sin precedentes de funcionarios gubernamentales y altos cargos del PRM contra el clima de elecciones libres.

Concomitantemente, hay que volver a llamar la atención respecto a la poca representativa de los 20 mil y tantos que ejercieron el voto y de un universo de 78 mil miembros del mencionado colegio y lo que nos dice, que las elecciones han resultado legales, pero no legítimas y al darse una abstención recurrente desde hace más de diez años, de un 65 por ciento.

Tan penosa ocurrencia, igual en todos los colegios de profesionales en donde la partidocracia tiene miembros, nos hace ver y de cara a las elecciones municipales del 18 de febrero, que semejante ambiente desestabilizador pudiera darse y en la medida que ya las encuestas empiezan a dar sus peores pronósticos para el mundo oficial, de que, a este día, el PRM y si nada cambia para su bien, podría experimentar una aplastante derrota.

Cómo los resultados de febrero marcarán la perspectiva más o menos aceptable de lo que ocurrirá en mayo para las elecciones presidenciales, lógico, que desde ahora se presente una especie de ola de emocionalismos desatados sin control y tanto de gobierno como de oposición. El primero, por querer quedarse en el poder para un nuevo cuatrienio 2024-2028 y los segundos, dispuestos a todo con tal de que el gobierno no les arrebate sus votos.

En uno y en otro caso y en un ambiente en el que los ciudadanos e increíblemente se han dejado quitar como electores su derecho a tener y ejercer su libertad de escogencia y para que sea la partidocracia la que vote por ellos, pinta a que se pueda presumir, que las nuevas elecciones serán una copia “más gráfica” de lo que ocurrió ahora en los comicios casi truncos del colegio de abogados.

Ante esta realidad y sabiendo que los mismos actores políticos opositores que concurrirán a los dos procesos electorales y de forma diferente, han hecho lo mismo que el PRM ahora, que necesariamente veamos con preocupación los resultados que surjan de los nuevos comicios y esto por una realidad simple y también traumática:

Que la partidocracia apelará a su “arma de reglamento”: Los mass media y sus periodistas y dueños. Unos, esperanzados en más ganancias y al ser parte del aparato de propaganda gubernamental y los otros, con el criterio puesto en sustituir a sus “colegas” en el festín de Baltazar, que en cada gobierno se convierte el pastel publicitario y entre ambos grupos, el nuevo factor de los prostíbulos mediáticos a lo alofoke en la radio, televisión e internet y con esas plataformas digitales de insultos y procacidades, en las que  la plebe tiene poder y peso político y en donde la chusma se le tira al cuello a sus víctimas, mientras el grueso de las audiencias queda y entre azorada y expectante, a merced de la manipulación constante que todos estos medios les mantienen.

Solo nos resta decir, que la proclamación de inicio de campaña electoral para las elecciones municipales del 18 de febrero y la que deberá culminar el 15 del mismo mes, se efectuó ayer y de pronto, la República ha quedado de rodillas. Con Dios.  (DAG) 07.12.2023