Los halcones y las palomas

0
169

Al final ha sucedido lo previsible. El BCE ha subido los tipos de interés medio punto. Con ello, el precio del dinero se sitúa en el 3,5%, lo que comporta nuevas subidas del Euríbor y el encarecimiento de las hipotecas a tipo variable. La excusa de la exquisita élite de los euroburócratas es la lucha contra la inflación. En otras ocasiones me he referido a la visión de los que se mueven en coche oficial, rodeados de escoltas; acuden a los mejores restaurantes con cargo a los organismos públicos; disfrutan de unos sueldos que quitan el hipo; y, finalmente, esperan recibir una fantástica pensión de jubilación.

Los halcones se han impuesto a las palomas. El problema es que estos últimos no son los millonarios y los altos funcionarios de la UE, sino las sufridas clases medias que se empobrecerán gracias a las decisiones equivocadas de unos políticos que no han sabido afrontar la guerra de Ucrania y la crisis inflacionaria. Por cierto, el ardor guerrero está muy bien, para los que sean belicistas, en las películas de acción, pero en la vida real es una cosa muy distinta.

Los días pasan y la invasión que sufre el pueblo ucraniano tiene unos vencedores y unos vencidos. Nadie se acuerda de la euforia con que la UE, la OTAN y Estados Unidos alentaron las protestas en Maidan a finales de 2013. Esta es una verdad incómoda, porque el primer golpe fue la pérdida de Crimea.

Los ucranianos recibieron buenas palabras y esperanzas de incorporarse a la UE. Tras la caída de la URSS y el presunto final de la Guerra Fría, los enfrentamientos se trasladaron a las antiguas repúblicas soviéticas.

Tengo la peor de las opiniones de Putin, pero despreciar a un personaje tan peligroso es uno de los mayores despropósitos de los frívolos líderes de las democracias. Crearon expectativas que sabían que no podían cumplir. Las consecuencias ahora son espantosas con centenares de miles de muertos y heridos; una guerra que se puede convertir en una península de Corea bis; unos desaprensivos que se enriquecen con la venta de armamento y combustibles; y, finalmente, una crisis inflacionaria en la que los ricos halcones de la UE son totalmente indiferentes ante el empobrecimiento de las palomas. Por: Francisco Marhuenda [La Razón]