Hay personas que nacen destinadas para ocupar un lugar de preeminencia en la vida, en el deporte y otras actividades. Otras tienen la virtud y las gracias de Dios, para triunfar, esa que nació para jugar voleibol y convertirse en una leyenda mundial, es la inmortal
Milagros Cabral, quien tuvo que vencer muchos obstáculos en el inicio de su carrera, en su barrios Cristo Rey.
Milagros, con 13 años tenía una estatura de 6-2, tamaño que estaba por encima de las demás jugadoras que inician en el voleibol.
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Cuando entraba a la cancha se sentía un poco fuera de su habitad, pues con el tamaño sobresalía sobre las demás, incluso de muchos varones de la barriada, no le gustaba el baloncesto a pesar de tener un tamaño no muy común, de ahí el profesor en una oportunidad fuera de la cancha le gritaba “Mira tú mata de coco”, entra a jugar, lo que le pico el amor propio por el sobrenombre y se impuso.
Ella sabía que su futuro estaba en el voleibol y soportó bullying y burlas de parte de los fanáticos que iban a ver las prácticas y los juegos en el Club Los Cachorros de Cristo Rey.
Fuente: Hoy
