El primer destape ocurrió luego de las elecciones municipales del 18 de febrero en las que en base a compras de cedulas, votos y candidaturas, el PRM obtuvo 119 alcaldías y marginando al PLD solo con 15 y a la FP apenas dejándole 8 y de lo que se entiende el mayor fraude electoral efectuado en el país desde los años setenta del siglo pasado.
Para el miércoles 24 de abril se presentó el segundo destape y con los resultados del debate presidencial y por el cual, el candidato oficialista no llegó ni a un cincuenta por ciento de las preferencias de la audiencia atrapada, mientras el candidato presidencial del PLD prácticamente electrizó a la audiencia, en tanto el candidato presidencial de la FP tuvo un excelente resultado, pero precisamente no aquel por el que sus seguidores hubiesen podido sentirse gananciosos.
Se podría decir, que fue una encuesta realista y descriptiva de como los dominicanos de clase media y de ciudadanos de a pie valoraron a los tres candidatos y en una medida, que parecería que se ajusta a los resultados de las dos últimas encuestas racionales y más independientes, que presentan a Abinader con no más un 45 por ciento y bajando, a Leonel con un 33.1 y a Abel con un 14.2 por cientos y ambos, subiendo.
Pero lo más significativo y posiblemente como un preámbulo de lo que podría ocurrir el domingo 19, cuando a este lunes, se observa ese inquietante despertar de tantos ciudadanos, quienes parecería que ya no tienen duda alguna de que el PRM se robó y cometió fraude con los resultados de las elecciones de febrero y al extremo, de que a este día, ya hay una especie de alerta nacional que significativamente habla, de qué podría suceder y si la oposición Rescate RD no se mantiene vigilante, respecto a que el Gobierno y no solo el PRM, estén dispuestos a arriesgarse y pretender impulsar un fraude descomunal en base a más de mil millones de pesos que inutilice toda voluntad opositora que hasta ahora no se haya dejado $domesticar$ por los dineros de los contribuyentes, manejados tan inescrupulosamente por el gobierno.
Al mismo tiempo, llama a preocupación ciertos aprestos gubernamentales y al colocar militares en las calles “para ayudar a prevenir la delincuencia” como concomitantemente ciertas señales ominosas de parte de agentes de los más parecido a una policía política pretendiendo perseguir o neutralizar opositores, mientras dentro del poco periodismo contestatario que aún existe, empieza a mostrarse cierta inquietud, por lo que parece una nueva y establecida política de represión contra todo aquel que el oficialismo considere disidente y acorde a la nueva ley 1-24, que según expertos, "delimita las entidades reguladoras, niveles de autoridad, capacidades sancionadoras, sin considerar que en la materia se hace totalmente fundamental la intermediación de una autoridad judicial competente, rol que debe ser tramitado a través del ministerio público, en cumplimiento al debido proceso"
Es decir, y si repetimos palabras atribuidas al expresidente Hipólito Mejía, de quien nadie duda su compromiso con el PRM y su gobierno, en cuanto a que “Luis Abinader está arriba, pero habrá que ir a una segunda vuelta”, se está dando la impresión, de que de buenas a primeras la reelección presidencial constitucional ya no se mueve dentro de la holgura de popularidad que se le atribuía en enero pasado y la que le hacía lucir imbatible.
Nosotros no vamos a avalar lo del aparente robo de elecciones que se le atribuye al gobierno en sí y a su partido, esa apreciación se la dejamos a los políticos de oficio y a sus parciales, pero sí es indudable, que algo ha ocurrido a partir del 24 de abril y a nivel de percepción popular y desde todos los estratos sociales, por los que ahora mismo, de cada diez personas en capacidad de votar, ocho no le otorgan a Abinader un probable triunfo electoral.
Y si esto es así, lo mejor que debería ocurrir, fuera, que desde el gobierno como desde el PRM empezarán a prepararse ante la posibilidad de perder el poder y desde ahora ofrecer las garantías de lugar, en cuanto a que en estos días no pretenderán cometer el grave error de obstaculizar las elecciones y sus resultados y sí en cambio, adaptarse a entender que a unas elecciones libres se va de buena fe a ganar o perder.
También los capitostes del PRM como los agresivos popis del gobierno y como un accionar garantista de sus pasos futuros, muchos consideramos que deben entender y reiteramos, por lo que se está viendo, que nadie les tolerará que pretendan robarse los resultados electorales o que pretendieran influir abusivamente y como hicieron en las elecciones de febrero en el ánimo y voluntad de los jueces electorales de la Junta Central Electoral (JCE) y quienes tan inapropiadamente se mostraron cómplices de un gobierno y un partido oficial, quienes tan atrevidamente y para la percepción general, se robaron aquellas elecciones.
Ahora hay que insistir y ya que todos los candidatos legislativos están inscritos y los delegados electorales de estos, no tienen facultad para cambiarlos, que los ciudadanos debemos de abogar por que de todos esos candidatos a senadores y diputados, hay que buscar una mayoría con posibilidades gananciosas, de que se les inculque, que de ellos se espera y sin importar quienes resulten presidente y vicepresidente de la República, que los electores deben hacerles tener en cuenta a los que resulten senadores y diputados, que si le van a servir adecuadamente a la República, lo hagan como totalmente independientes al Poder Ejecutivo que resulte la noche del 19 próximo.
Debe entenderse, que frente a los intentos de impedir la libertad de escogencia ciudadana y en lo que la mayoría de los partidos han estado contestes y porque siempre han dado muestras de querer imponer la dictadura partidocrática que existe desde el año 2000, que para esta ocasión, el Poder Legislativo deberá de ser uno totalmente independiente y tanto al Poder Ejecutivo como al Judicial y por una fuerte razón de Patria: Salvar la institucionalidad democrática, corregir las fallas procedimentales autoritarias y cumplir con la libertad de escogencia que hicieron los electores al elegirles.
Mientras tanto, toda esa prensa mercancía compuesta por medios y periodistas, productores de radio y televisión o en las plataformas en internet y los barones mediáticos que los dirigen, deberían empezar a realizar un ejercicio de prudencia y sentido común y parando en seco la práctica nociva que hasta ahora han hecho, no solo de manipular a la ciudadanía y para que acepten que los políticos les roben su libertad de escogencia como electores y sí entender, que desde el curioso despertar de conciencia colectivo que se ha producido desde el pasado debate presidencial, ya no hay espacio para que los medios continúen actuando como los abusadores intereses que han hecho del ejercicio de la política, algo peor que un arrabal.
Teniendo pues todo este críptico escenario, es que planteamos, que en los nuevos planos. Desde el pasado 24 de abril, el debate presidencial ha traído una nueva visión de lo que realmente pasa en materias de preferencias y de simulaciones y que, si los intereses en juego son cuerdos, no deberían provocar una rebeldía sorda de la población y que se convirtiese en otra gran poblada que pudiera reducirlo todo a una montaña de cadáveres y cenizas y si llegado el caso, el gobierno imponga otro fraude electoral descomunal. Con Dios. (DAG) 06.05.2024
