Un conjunto de organizaciones populares, que encabezan personas que no representan los intereses de la mayoría de los ciudadanos, convocó desde hoy a las 6:00 a.m., un paro en 14 provincias de la zona norte del país. Con el lema “El Cibao marcha hacia la huelga regional”, convocan a la paralización del sector comercial, transporte y educativo. Dicen que la acción es en reclamo de obras y rebaja de los artículos de la canasta familiar y los combustibles. Aseguran que el paro es en oposición a las construcciones de presas que piensan edificar en San José de las Matas y Santiago Rodríguez y añaden los ineficientes servicios de agua potable y energía eléctrica.
Es posible que con la lista de reivindicaciones que el grupo usa para convocar paralizaciones y movilizaciones, la población esté de acuerdo y esté afectada especialmente por las alzas de los precios de productos de primera necesidad. Lo que seguro no apoya la gente es paralizar sus actividades comerciales y afectar sus ingresos, la educación de sus hijos y pasar penurias para tener acceso a servicios, pues para complacer los convocantes, su vida queda afectada en lo individual y colectivo.
La gente, como es sabia, también conoce que eso no conducirá a nada, que de ahí no saldrá ninguna solución a sus problemas, sobre todo porque el tema más importante, la inflación, no es local, es internacional por la subida de la materia prima y del petróleo.
El llamado a paro es contraproducente porque en lugar de ayudar a resolver problemas lo que hace es que genera más. Seguro que mucha gente que vive de la economía informal por ese paro imprudente e inoportuno no podrá ganarse el sustento de su familia, sobre todo por temor a salir a las calles.
Ojalá que los cabecillas de esas 25 organizaciones populares al menos tengan la responsabilidad de evitar actos de violencia durante la jornada. En medio de una crisis económica convocar una acción que afectará aún más la situación económica de la población es imprudente e injustificable.
El presidente Luis Abinader dijo que está abierto al diálogo, pero los convocantes piden lo imposible, lo hacen porque el objetivo de ese parto inoportuno no es resolver nada, es crear más problemas. Por: Yanessi Espinal [El Caribe]
