Pero ¿realmente la humanidad se encuentra bajo ataque?

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Si se escucha a activistas del medio ambiente, la mayoría un grupo de sectarios fanatizados, quienes poco dejan a la imaginación para que las personas nos aterroricemos con sus advertencias e imputaciones, realmente, parecería que existe una especie de logia mundial de gente de dinero e influencia social, política, científica y administrativa, que desde hace cierto tiempo ha entendido que de alguna manera hay que parar el crecimiento poblacional.

Lo que se nos dice, es que la humanidad va hacia su extinción y al crecer supuestamente de una manera que activistas medio ambientales entienden vertiginosa y poco natural, mientras que, por el otro lado, voces disidentes a los primeros, cuentan horrores de como se han fabricado epidemias a gran escala y desde laboratorios y con tal de que por lo menos la mitad de la humanidad desaparezca en los próximos cinco años.

Dentro de semejante perspectiva tan ominosa en la que tantas voces agoreras y de alguna manera, quieren condicionar a las personas y para que entiendan que existe una especie de fatalismo determinista, por medio del cual, o la humanidad se enfrenta a lo que esos grupos de radicales entienden su peor problema y deja de crecer o simplemente, los individuos de poder absoluto en naciones, gobiernos y corporaciones, se están encargando de hacernos ver la realidad terrible que ellos consideran urgente y apabullante.

Por lo pronto y si se repasan episodios de grave extinción de la humanidad y nos adentramos desde el 1492, cuando europeos llegaron a las nuevas tierras y continente bautizado por ellos como “América”, descubriremos, que sí existió un periodo de primera grave extinción, al momento que los europeos se cruzaron física y carnalmente con los habitantes aborígenes de estas tierras y provocando la grave crisis de salud y sanitaria, que en menos de cuatro años de llegar a este continente, arrasó y para no hablar de exterminar a no menos de diez millones de habitantes originarios.

Mediante el sentido común, se entendió que aquella devastación ocurrió por razones supuestamente “naturales” y al recibir estos los efectos de enfermedades nuevas para los amerindios, la viruela, por ejemplo, que frente a personas, cuyos organismos no tenían defensas naturales para enfrentarlas, fácilmente fueron víctimas de aquel genocidio que como quiera que se mire, sucedió, aunque para ese tiempo hubiese sido difícil de calificarlo como criminal.

Sin embargo, los genocidios subsiguientes de inmigrantes europeos por todo el continente, quienes para robarse las nuevas tierras y sin importar sus propietarios originales, destruyeron la civilización autóctona y lo que ocurrió desde uno a otro confín del continente.

Ese genocidio de exterminio gradual y firme, instigado por Inglaterra y España y los demás países europeos con vocación colonialista como Bélgica, provocó, que cien años después del cambio migratorio de llegados de los barcos a colonos en tierra firme, la parte de la humanidad que vivía en esta parte del mundo, llamémosle, los autóctonos o amerindios o “indios”, fueron brutalmente exterminados, sobre todo desde el Caribe Central a toda Norteamérica, al tiempo que el centro de África fue víctima de otra devastación parecida con la imposición de la esclavitud de pueblos y naciones africanas enteros y con el solo propósito de servir de mano de obra barata y fácil para el continente “descubierto”.

Esa situación y para que se entienda nuestro análisis, está ocurriendo en Palestina desde hace 75 años y a manos de los inmigrantes europeos sionistas, unos y de origen judío, otros y la que ahora ha recrudecido terroríficamente desde el pasado siete de octubre con un Israel Estado opresor y actitud nazista de exterminio absoluto y que fue exactamente lo que ocurrió entre el 1492 y cuatrocientos años después y de cuyos vestigios, no solo que lo recoge la memoria histórica sino que ha dejado su terrible huella de sangre y por ejemplo en un EEUU cuyos colonos impusieron la división racial y que en Canadá llegó a niveles de espanto, mientras en México y Centroamérica, la bravura de su gente -un poco más que las de los pueblos aborígenes  de EEUU y Canadá, pudieron salvarse y en base a librar una guerra de extinción que todavía no ha acabado.

Obsérvese, que Suramérica -la mestiza y la negra- sus poblaciones pudieron  salvarse, porque básicamente la llegada de “la civilización europea y cristiana” de manos de iberos de lenguas castellanas  y latinas propias, fue y si valiera el término, menos brutal que lo ocurrido en el norte del Continente, aunque dejando la impronta nefasta de las castas al estilo ibérico, que han marcado, que naciones y pueblos indígenas enteros como lo son la mayoría del cono sur pudieron sobrevivir, pero ahora, reducidos a la expresión más penosa de servilismo y casi pérdida de su condición humana.

Con todo, todos estos países, pueblos y naciones, fueron víctimas del imperialismo europeo y de la imposición de una cultura de sangre, que ahora es que todos esos pueblos y naciones están aceptando su realidad, de que, por poco, todos pudieron estar a punto de ser exterminados.

Ahora y a tanto horror, los nuevos imperialismos nacidos en este “nuevo mundo” y mediante sus laboratorios y armas químicas de extinción masiva, han logrado iniciar su segundo esquema de colonización y mediante la imposición de epidemias de laboratorios, en la que lo peor del alma humana y si cabe la expresión, pretende e iniciando con el covid-19 y siguiendo con la influenza, terminar por exterminar a la parte de la humanidad, que, para los poderosos del mundo, se entiende que “no sirven”.

Dentro de ese contexto, una isla como La Española, en la que hay don países y dos pueblos, los dueños de la exposición de vacunas de muerte, proyectan, que de sus 22 millones de habitantes, si sobreviven 4 millones sea suficiente y en la misma forma y dimensión el resto de la humanidad.

¿Lo nuevo? Y porque parece que algo falló en las vacunas “anti covid”, se quiere que por obligación global la humanidad entre en una abrumadora etapa de vacunación a gran escala y para que, dándose los efectos colaterales de muertes sorpresivas y enfermedades malignas, la humanidad vaya proporcionalmente desapareciendo.

Para la Española, por ejemplo, se está alentando una lucha de nacionalismos trasnochados, para que lo que no hayan podido hacer “las vacunas”, lo hagan los mismos pueblos autodestruyéndose entre sí. Otra variable, se presenta ahora y con el pretexto de diferencias sobre dominio de fuentes derivadas de los hidrocarburos, alentándose una guerra entre Venezuela y Guyana, por unas tierras que hace más de cien años, Reino Unido se tomó para sí y por compra a Países Bajos, el Esequibo.

Y así sucesivamente, esos grandes poderes globales y en lo que todos los gobiernos son sus vasallos, quieren y de manera indirecta, que no menos de 3 mil millones de personas mueran sostenida y progresivamente en los próximos 50 años, mientras desde ahora se arrecian las políticas de control de la natalidad , en tanto los no menos cien señores de los poderes globales, empiezan a preparar sus sofisticados refugios subterráneos en los que bien protegidos, podrán sobrevivir a la hecatombe que ya han empezado a generar.

Mientras tanto y en procura de sus planes, todos esos poderes globales están utilizando de tontos útiles a la mayoría de los medios de comunicación y sin importar raza o país y para manipular mediante un adoctrinamiento nada sutil, para que la gente acepte, bien o mal, su exterminio.

Palestina nos da la muestra de lo que se quiere y todas las naciones y pueblos deberíamos de vernos en ella.

Por supuesto y como dice el dicho, “una cosa piensa el burro y otra quien lo apareja”, de ahí que entendamos, que aún hay esperanzas y de por lo menos, que no toda la humanidad sea exterminada. Por supuesto, se escribe y para tratar de orientar y alertar, pero en países en los que casi el 65 por ciento de su población, sus pueblos están dominados por las drogas, casi es poco lo que se puede hacer y si no hay voluntad de enfrentar todo lo que está mal en materia de organización social.

Para no ir más lejos, EEUU y de Francia ni se diga, es la mayor expresión de este descontrol y retroceso y lo que cada día todos vemos y en República Dominicana y como ya se está viendo la subcultura alofoke, hija del bajo mundo dominicano de Nueva York, que tiene diez años penetrando totalmente a cierta capa de la juventud en las nuevas generaciones y en crecimiento constante y ahora con la pretensión de tomar por asalto el poder político y derivado de la realidad, de que la corrupta partidocracia que oprime a este país, ha entendido que las elecciones de febrero y mayo de 2024 deberán de ser la puerta que empuje a su pretensiones y sin importar que esa subcultura sea la escalera para lograr esclavizar a la ciudadanía, alentando las bajas pasiones e imponiendo un consumo indiscriminado de drogas de toda especie.

No vamos a decir más, al fin y al cabo y por lo que se está viendo y al no existir una voluntad firme de enfrentar y combatir el desorden moral que se nos viene encima, que haya que decir y a modo de interrogante: Pero ¿realmente la humanidad se encuentra bajo ataque? ¡Pues claro que sí!  Un solo recordatorio y consejo: La humanidad se rige por periodos de evolución natural, no por ciclos inducidos de exterminio y por más nueva inteligencia artificial de autogeneración propia que haya. ¡No a las vacunas! Con Dios. (DAG) 17.12.2023