FIBA2023. Desde antes de salir para Filipinas, el equipo dominicano compuesto por jóvenes pobres de Guachapita y con un prospecto estadounidense de apoyo y su genial entrenador argentino, recibió el rechazo y boicot del gobierno y el comité olímpico y ni hablar el silencio hostil de los medios de comunicación y las infames redes sociales.
Y no obstante los desplantes sufridos y hasta la falta de apoyo económico, marcharon solos y con la ayuda de Dios, a medirse con sus iguales de la copa del mundo, torneo del que hasta ahora han surgido como el equipo más poderoso y sin haber sido derrotado en el primer duelo deportivo.
Gracias a Dios, que, en el último juego de ayer, decisivo para mantenerse invicto en el primer nivel, lo lograron y destacándose todo el equipo dominicano en su conjunto, en tanto su estrella internacional de apoyo se le vio sin la pujanza mostrada en los juegos anteriores.
Fue un triunfo de negros y mulatos dominicanos pobres y de tigueres de barrio que lo han estado dando todo a favor del nombre de su patria.
Lo notable, es que los racistas y anti haitianos del Instituto Duartiano y el partido político de una familia de origen árabe y dominicanos de una a tres generaciones, han callado y no han dicho nada por los dos extranjeros que conforman el equipo nacional, lo que no hubiese sucedido, si entre los triunfadores hubiese estado un atleta dominicano de origen haitiano. ¡Hipócritas y perversos! (DAG-OJO)
