A la mañana de ayer y desde la fundación del Estado de Israel el 14 de mayo de 1948, este nunca había experimentado un demoledor ataque palestino contra su propia existencia y como el ocurrido desde temprano este sábado y justo en el momento que el país se encontraba inmerso en sus oraciones sabatinas de recogimiento.
En este sentido, Palestina y su brazo armado Hamas y por lo que parece, con el auxilio logístico de Irán y el apoyo moral de los países árabes, se le fue al cuello a un Israel, que, por primera vez en mucho tiempo, experimentaba un fenomenal ataque de guerra sin precedentes, con un equipamiento muy sofisticado y de acuerdo con los informes mediáticos, “con un nivel técnico nunca visto” e hijo del acoso y guerra de ocupación permanente israelita contra Palestina.
Es decir, y siguiendo el rastro histórico, Israel debió meterse en una guerra punitiva y preventiva contra la República Árabe Unida (Egipto, Siria, Jordania e Irak) al disponer de los informes, que especificaban, que las naciones árabes pretendían lanzarse contra Israel con una gran alianza militar y lo que ocurrió el 05 de junio de 1967 y ganándola seis días más tarde y en lo que desde entonces se entendió una hazaña militar impresionante.
Por esa guerra, que para Israel era de absoluta preservación de su existencia, ganó terrenos y por lo que rápidamente triplicó su tamaño, pero ganándose aún más el odio terrible de poblaciones árabes enteras y quienes independientemente a sus nacionalidades e idiosincrasia, humilladas en extremo, jamás perdonaron que la eficiencia de los servicios de inteligencia judíos hubiese advertido a tiempo lo que sería un ataque sorpresivo contra su existencia.
Años luego y en base a ese resquemor de odio continuo, los países árabes intentaron la revancha y estallando la guerra del Yom Kipur el 06 de 0ctubre de 1973 cuando y de acuerdo con los despachos periodísticos, “los ejércitos sirio y egipcio atacaron simultáneamente a Israel, cuyas fuerzas armadas fueron totalmente sorprendidas, tardando varios días en reaccionar” y que duró 18 días y con el costo de 2,600 militares de Israel muertos en la contienda.
Al momento que hubo en el 1978 el llamado acuerdo de paz de Camp David, donde luego de amplias negociaciones e impulsadas por la mentalidad de estadista del general y presidente egipcio, Anwar el-Sadat, y con los auspicios del presidente estadounidense Jimmy Carter y la anuencia del primer ministro israelí Menahem Begin, se lograra la paz. Nunca se supuso que podría volver otra acción bélica de exterminio contra el estado judío y como la iniciada ayer. Como tampoco se pensó, que el presidente egipcio moriría acribillado a balazos por disidentes árabes a su política de contención el 06 de octubre de 1981 en una parada militar.
Israel ha vuelto a ser sorprendida y en esta ocasión, por el ejército palestino de Hamas, que, hasta hace poco, se entendía una simple fuerza guerrillera de solo alcances provocadores violentos. O sea, que, en los últimos 42 años, Occidente realmente creyó que la paz había sido lograda definitivamente y abarcando la península del Sinaí y los Altos del Golán, que como ya se ha visto no ha sido así.
¿La diferencia para que esto sucediera?, el apoyo político tácito y logístico de la República Islámica de Irán, en tamaño, es más grande que toda la península europea y al tener 1.745.150 Km2.
Por lo que hasta ahora los acontecimientos empiezan a presentar, esta nueva guerra de exterminio pero de corte guerrillero y con una soberbia demostración armamentista de alta tecnología, parecería que en principio ha puesto a Israel contra las cuerdas y ante ello, tendrá que hacer uso de todos sus recursos humanos, de armas y tecnológicos con fines de tratar de imponérsele a quienes les atacan, que ya no es solo un país o conjunto de países y sí a pueblos enteros regidos por una fanática religión de conquista.
¿Qué motivó este nuevo acontecimiento bélico? La mano dura del ejército de Israel en los territorios ocupados a Palestina, donde con la imposición de asentamientos agrícolas en aquellos territorios y arrinconados los palestinos en lo más parecido a un gueto del que dependen de Israel para todo, la mano militar judía se había hecho sentir cada día con una verdadera política sangrienta de exterminio gradual, que, por su rudeza, despertó la oposición de millones de personas en todo el planeta y le restó autoridad moral al mismo Israel.
De improviso, entonces el panorama general de la alta política en Occidente, cambia y ya no se tiene solo el conflicto bélico en Ucrania alimentado por EEUU y la UE y porque Rusia y en aras de defenderse, debió de neutralizar los efectos golpistas de Occidente en el 2014 y hacer suyo su interés de lograr que sus antiguos territorios de la también nación eslava quedaran a su resguardo, sino que ahora se presenta esta nueva guerra y la que no solo ha estremecido el mundo árabe, sino que obliga a EEUU a salir en apoyo y ayuda militar a Israel y de paso, obteniendo su industria armamentista un fenomenal nuevo apoyo.
Por este nuevo teatro de guerra, el resto del planeta cae ahora en una problemática política de todo el mundo definirse y sabiendo, que, al hacerlo, será parte del partido que tome y este factor, es el que hace de esta situación una realidad bélica de alcance globalista por la que las naciones occidentales deberán dividirse en dos delicados frentes de guerra.
Sin embargo y por lo que se está viendo, ya no hay garantías de que nada, ni siquiera cambie para mejorar y por lo que entendemos, que el planeta se enfrenta ahora a sus peores miedos. Si hace dos días se hablaba de un enfrentamiento entre Oriente y Occidente por lo de Ucrania, ahora con esto entre Israel y Palestina y esta última, teniendo a todo el mundo árabe solidariamente, nuestra impresión es que la humanidad ha pasado a un todo o nada.
En esta situación, un país como República Dominicana, que en el 1948 y como miembro fundador de la ONU, fue el número 40 que apoyó y aprobó la resolución de la fundación del Estado de Israel y tal como lo conocemos desde entonces, que haya sido lógico entender el paso dado por el presidente Luis Abinader al apoyar sin reservas a la nación judía, que este país ayudó a fundar y en plena dictadura trujillista y por la razón determinante, de que Palestina no es un país y que todavía tampoco es una nación en formación.
Curiosamente, la palabra que identifica al pueblo judío, hebreo y tal como es su significado, “el que viene de la otra orilla”, marca el tiempo para esta situación bélica nueva, en la que todas las naciones deben mostrar simpatía o animosidad y asumir los riesgos propios de una decisión de Estado extrema.
De ahí y no obstante que nos desagrada ese método judío de exterminio gradual del pueblo palestino. Sin vacilar, no podemos menos que apoyar y militantemente a la nación judía.
Se entiende entonces, por qué preguntamos: Primero ¿guerra entre Occidente contra Rusia con el pretexto de la invasión rusa sobre Ucrania y ahora esto nuevo, de guerra de exterminio entre Palestina, Hamas e Israel? Con Dios. (DAG) 08.10.2023
