Occidente ha vuelto a ser el protagonista de las casi dos horas de discurso del presidente ruso, Vladímir Putin, ante la Asamblea Federal de Rusia. El líder ruso ha empezado su intervención culpando a Europa, y sobre todo a Estados Unidos, de la situación de crisis que atraviesa el planeta, derivada de una obsesión por atacar al país más grande del mundo con todos los medios posibles para conseguir su desaparición.
El principal tema ha sido la guerra en Ucrania, país al que ha calificado como “campo de tiro” para la OTAN y el lugar elegido para una confrontación total con Rusia, recalcando que su país no lucha contra la gente de Ucrania, ya que ellos son víctimas y rehenes de sus líderes, que se han empeñado durante los últimos años en arrasar con los recursos del país institucionalizando un sistema corrupto en el que nadie ha tenido en cuenta a los ciudadanos.
Para el presidente ruso los “neonazis” se han hecho con Ucrania y el papel de Rusia no es otro que el de acabar con ellos como hicieran durante la invasión sufrida durante la Segunda Guerra Mundial. Putin, que ha agradecido a los militares y voluntarios rusos su presencia en el Donbás, ha decretado una serie de medidas económicas que reconozcan y compensen a los caídos y a sus familias.
