¿Quiénes son los imputados en el caso del occiso David de los Santos? Haitiano da su versión y ofrece un guion propio de una novela

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El Ministerio Público presentó este sábado la solicitud de medida de coerción en contra de siete personas implicadas en la muerte de David de los Santos, quien falleció mientras estaba en custodia de la Policía Nacional.

Por el caso los fiscales pidieron prisión preventiva como coerción para los encartados, siendo cuatro de estos miembros de la referida entidad castrense.

Pero, ¿quiénes son los imputados?

Los acusados pueden ser divididos en dos grupos. El primero está compuesto por los ciudadanos que compartieron la celda con David en el destacamento policial de Naco, siendo identificados como Santiago Mateo Victoriano, Michael Pérez Ramos y Jean Carlos Martínez Peña.

A estos se les señala como los responsables de propinarle los golpes que le causaron la muerte a De los Santos.

De acuerdo con la solicitud de medida de coerción, David, tras ser esposado con las manos detrás de su espalda, fue llevado a la referida celda donde, tras la retirada de los agentes, comenzó a emitir “algunas palabras con voz altisonante”.

Esta situación, según el mencionado documento, molestó a Mateo Victoriano, Pérez Ramos y Martínez Peña, quienes procedieron a golpear al fallecido en la cabeza y otras partes del cuerpo.

Sin embargo, los fiscales indicaron que esta golpiza fue interrumpida por los oficiales presentes en el destacamento, quienes rociaron gas pimienta dentro de la celda y procedieron a retirarse del lugar.

Pero esta acción provocó la ira de Mateo Victoriano, Pérez Ramos y Martínez Peña, quienes comenzaron otra paliza en contra del joven, que no podía defenderse porque estaba esposado, en esta ocasión incluyendo patadas y golpes con tenis que dejaron inconsciente a David.

El segundo grupo

Aquí figuran los oficiales de la Policía Nacional acusados, siendo estos el capitán Domingo Alberto Rodríguez Rodríguez, el segundo teniente Germán García de la Cruz, el raso San Manuel González García y/o Raso Sari Manuel González García y el cabo Alfonso Decena Hernández.

Rodríguez Rodríguez y González García fueron quienes recibieron a De los Santos en el destacamento, y los que también esposaron al joven, y lo llevaron a la celda bajo estas condiciones, indicó los Ministerio Público.

Sin embargo, los fiscales indicaron que estos cuatro imputados “participaron de manera activa para aportar las condiciones” en las que ocurrieron ambas golpizas, por los que los señalan como coautores del hecho.

Asimismo, el documento estipula que es a la mañana siguiente del incidente cuando los oficiales señalados entran a la celda, encontrando a David inconsciente, por lo que contactaron al Sistema Nacional de Emergencias 9-1-1, que trasladó al joven al Hospital Dr. Francisco Moscoso Puello.

Igualmente, el Ministerio Público destacó que los agentes mintieron a los familiares y allegados de De los Santos que se presentaron al destacamento en búsqueda de la víctima, al asegurarles que este había sido trasladado a un centro de salud por un golpe que se dio él mismo con un escritorio y porque le subió la presión arterial. 

Aplazado

Ayer la Oficina Judicial de Atención Permanente del Distrito Nacional aplazó para el próximo viernes 13 el conocimiento de medida de coerción contra los siete implicados.

El juez Rigoberto Cena Salas tomó la decisión para dar oportunidad a los abogados de presentar presupuestos y para que el Ministerio Público haga un anticipo de prueba, porque está presentando a un testigo de nacionalidad haitiana, identificado como Wistel Pieer.

Este último, el detenido Pieer y de acuerdo con el expediente presentado por el Ministerio Público, donde solicita medidas de coerción contra siete implicados en la muerte del joven David de los Santos, tiene como base el testimonio de un ciudadano haitiano que se encontraba detenido en el destacamento.

Wistel Pieer, de nacionalidad haitiana y de 25 años, se encontraba detenido en el destacamento el mismo día en el cual fue llevado y apresado David de los Santos y contó cómo sucedieron los hechos.

Según su versión, tras él ser apresado por robar y vender un taladro de la construcción en la cual trabajaba, fue llevado preso al destacamento de Naco, donde fue introducido a una celda que compartió con otros tres hombres.

Más tarde, llevaron a un “hombre fuerte”, haciendo referencia a David de los Santos, quien en un principio describe como que “él llegó bien, estaba tranquilo y sin esposas”, pero cuando lo iban a introducir a la celda salió corriendo y tuvieron que volver a atraparlo.

“Los policías tuvieron que caerle atrás para agarrarlo y cuando lo hicieron le pusieron las esposas para atrás y lo empujaron para entrarlo a la celda”, describe Pieer.

Acción siguiente, describe que el “hombre fuerte” se pegó de la pared y comenzó a hacer mucho ruido, generando la molestia de los demás presos con los que compartía la celda, lo que provocó que los policías del destacamento echaran gas pimienta por la ventada de la celda.

Esta acción de los policías que, según Pieer, fue culpa de David, generó malestar entre las otras personas de la celda, quienes reaccionaron.

“Los presos le decían al hombre fuerte: ‘Diablo manito, nos involucraste, por tu culpa, nosotros tábano durmiendo tranquilos, por eso te vamos a matar’ y en ese momento los tres presos que estaban en la celda comenzaron a darle golpes al hombre fuerte, quien aún tenía las esposas puestas atrás, le daban trompadas como boxeadores”, narró el hombre.

Después de varios golpes el hombre cayó al suelo, “ellos se le subieron encima y hasta en la boca le entraron los pies”, describe Pieer, quien describió a los otros presos como uno es calvo y el otro es flaco”.

Momentos después indica que la policía escuchó el ruido y fue a la celda a preguntar qué pasaba y “el preso calvo” dijo que no pasaba nada, entonces los agentes no ingresaron a la celda, mientras David estaba “botando sangre de la nariz y la boca”.

Al otro día, el 28 de abril, en la mañana, indica que los policías entraron a la celda preguntaron qué había pasado por el estado de David, quien estaba tirado en el piso temblando y los presos dijeron que él “se había dado esos golpes con la pared”.

“Los presos calvos y el flaco me hicieron seña con el dedo en la boca de que no hablara porque si lo hacía me iban a matar y por eso no dije nada a los policías”, explicó Pieer.

Tras ver el estado, el haitiano dijo que “los policías le quitaron las esposas a David, lo bañaron y lo pusieron en una silla y después de ahí no volvió a saber más nada de él”. El relato anterior, muestra que el pecado de la policía fue meter a un preso por un reperpero ocasionado por una mujer histérica, esposado en la celda y hacerse cómplice de la golpiza propinada por los otros presos [Listín Diario-Ojo]