Tres mil 182 millones de pesos de la Cooperativa de la Policía fue el ingreso desde el 2017 al 2022 y los que ahora han desaparecido. El robo y desfalco ha generado un grave malestar entre los uniformados y la situación de rebeldía latente es preocupante.
Ayer en la policía, hubo que sacar a unos generales que estaban siendo perseguidos por subalternos que los acusaban de haberles robado sus ahorros. Si no escapan, la sangre subiese llegado al río y hoy, prácticamente todos los subalternos que han sido robados y estafados están clamando porque el ministerio público actúe o que el presidente de la República asuma sus obligaciones frente a la pandilla de delincuentes de uniformes, quienes desde el 2017 han saqueado los fondos y activos de la cooperativa policial.
Reclamar justicia es lo de menos, si los medios de comunicación y de información de masas de la prensa mercancía callan y no difunden el hecho a conocimiento general y que es lo que está ocurriendo. Por lo pronto, el anterior director policial y ahora flamante asesor policial del Poder Ejecutivo e incluido el supervisor policial que le acompañaba, deben ser interrogados y puestos a disposición de los tribunales. Al menos eso es lo que medianamente se espera. [DAG-OJO]
