El contexto en que el gobierno se apresta a someter un proyecto de reforma fiscal es complicado desde el punto de vista económico, político y social, por lo que, en el actual escenario, si el presidente Luis Abinader logra bajar el nivel de hostilidad de los dirigentes políticos, podría considerarse ganancia.
Los partidos de oposición han advertido que no apoyarán nuevos impuestos. Socialmente el panorama es más difícil por el empeoramiento de algunos servicios básicos como la energía eléctrica, aumento de productos de la canasta básica, la inseguridad ciudadana y económicamente complicada por temas del alza del petróleo en el mercado internacional, que ha sido de un cien por ciento en el último año y, en el ámbito local, preocupación por el nivel de la deuda que supera el 67 % del PIB.
Además, el Partido Revolucionario Moderno (PRM) no cuenta con los votos necesarios en ambas cámaras legislativas para aprobar una reforma fiscal, por lo que tendría que ocurrir una de dos cosas: o logra un acuerdo con uno de los dos principales partidos de oposición, el PLD o la FP; o los legisladores de esos partidos le dan apoyo en contra de la línea política de sus organizaciones.
En caso de que ocurra lo último, será un golpe para esos partidos y tendría consecuencias para la imagen del gobierno del PRM, que mientras estuvo en la oposición denunció que los gobiernos del PLD lograban apoyo de sus legisladores a base de soborno.
Recientemente, la vicepresidenta de la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD), Circe Almánzar, sostuvo que no se debe hacer una reforma fiscal en medio de una crisis. “La reforma fiscal se va a dar cuando las condiciones económicas y sociales lo permitan. No podemos hacer una reforma fiscal en tiempo de crisis”, expresó.
El economista y vicedecano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Antonio Ciriaco, ha sido insistente en que la reforma debe esperar a que la economía retome su curso para ejecutar la reforma tributaria.
“Esto traerá más inflación porque estamos viviendo un contexto de inflación importada que seguro seguirá este año y el próximo año. Pero es obvio que no están dadas las condiciones para la reforma fiscal, el petróleo está muy alto, el precio del carbón y el gas natural, todos esos combustibles forman el 70 % de la matriz energética. También está el aumento de la factura de la tarifa eléctrica, al final una reforma fiscal, por mejor diseñada que esté, implica aumento de precios y de impuestos. Si a eso se le añado el aumento de los combustibles, el contexto que hay para aplicar esta reforma es inflacionario, pienso que es un contexto que puede traer conflictos sociales en la República Dominicana”, advirtió.
En medio de ese panorama, el presidente Luis Abinader se prepara para presentar su proyecto de reforma fiscal a líderes políticos y sociales a fin de “crear conciencia” sobre la situación económica del país, según lo expresado por el ministro administrativo de la Presidencia, José Ignacio Paliza.
No es la primera vez que el gobernante visita a los líderes políticos. Con menos de tres semanas en el cargo, Abinader visitó tres partidos políticos: Alianza País, Fuerza del Pueblo y el Partido de la Liberación Dominicana (PLD). En esa ocasión lo hizo para plantear la necesidad de la unidad para enfrentar la crisis generada por la pandemia de la covid-19 y que los órganos extra poder deberían quedar conformados por personas sin militancia política partidista.
El pasado año, el gobierno dejó sin efecto una serie de impuestos que incluyó en el Presupuesto del 2021 y anunció que este año se firmaría el Pacto Fiscal contemplado en la Estrategia Nacional de Desarrollo, sin embargo, el tema quedó excluido del diálogo nacional porque el presidente Abinader lo tratará directamente con los líderes.
Políticos han advertido del impacto negativo
Los dirigentes políticos de oposición han sido insistentes en que no apoyarán una reforma fiscal. El discurso más agresivo lo ha desarrollado el expresidente Leonel Fernández y presidente de FP, que ha dicho que es improcedente establecer nuevos impuestos en medio de una crisis y ha advertido que una reforma podría generar protestas y estallidos sociales si no es socialmente incluyente y políticamente viable. De su lado, el PLD ha advertido que no apoyará nuevos impuestos. Ayer, el miembro del Comité Político, Abel Martínez, dijo que es peligroso imponer una reforma fiscal. “Se debe evaluar lo que eso implica para los sectores pobres de este país, que vive un momento crítico y caótico”, precisó Martínez. Por: Yanessi Espinal [El Caribe]