Tarjeta de vacunado abre puertas

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“Vengo de más para allá de Santiago de los Caballeros y no puedo pagar RD$3,000 más por otro estudio. Yo no puedo, yo no trabajo”, era el clamor de una señora en el Centro Cardio-Neuro Oftalmológico y Trasplante (Cecanot), porque no la dejaban entrar sin la tarjeta de vacunación.  

Desde ayer presentar la certificación de la vacuna contra el Covid-19 es el requisito para tener acceso al transporte público y la mayoría de los espacios públicos y privados cerrados, como escuelas, bancos, hospitales, supermercados y otros.

Con lágrimas, la dama confesó que no se había inoculado con las dosis correspondientes.

De los que iban a consulta, a recoger estudios o a visitar a sus pacientes, a muchos se les impidió el acceso como fue el caso de la señora Alexandra Casio, quien catalogó de “abuso por las autoridades” lo que se estaba cometiendo en el centro.

“Van a operar a mi padre y le digo que la tarjeta se me quedó, que me dejen pasar y si es posible solo a dejarlo y él me dice que no voy a pasar”, manifestó Casio, quien se trasladó desde San Pedro de Macorís.

“Debieron difundir la información o permitir que uno entre hoy y ya uno sabe”, agregó Casio.

Evelina de la Cruz es otra dama que fue parada en la puerta y por no tener su tarjeta de vacunación, no pudo entrar al centro hospitalario.

“Yo vengo de Villa Mella y en la Ovando fue que me di cuenta que me faltaba la tarjeta, entonces no puedo estar gastando pasaje, yo trabajo y este es mi tiempo”, manifestó De la Cruz.

En las paredes del centro había circulares pegadas en las que se leía la nueva disposición del Ministerio de Salud Pública de no permitir la entrada a los lugares de acceso al público de personas sin estar vacunadas.

Plazas, bancos y otros


Ayer, en la entrada de las plazas comerciales de Santo Domingo estaban apostados empleados que a la vez que tomaban la temperatura corporal de las personas que trataban de ingresar a esos etablecimientos, también exigían la presentación de la tarjeta de vacunación en formato impreso o digital. Igual situación se presentaba en las puertas de supermercados, bancos, clínicas y las rutas de transporte colectivo urbano e interurbano, sí como en el Metro y el Teleférico de Santo Domingo.

Repartidores se vacunan


En las afueras del puesto de vacunación ubicado en el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte estaban parqueadas más de 15 motocicletas de repartidores de comida que entraban a ponerse la vacuna contra el Covid-19.

La razón es porque se les estaba impidiendo el paso en las plazas comerciales, los restaurantes y otros establecimientos por falta de certificado de vacunación.

“Yo no entiendo cómo es que una regla de un Ministerio está por encima de la Constitución”, exclamó uno de los repartidores presentes.

Confesó que la mañana de este lunes trató de ingresar a un supermercado y le fue impedido el paso.

Otro de los repartidores dijo que se puso la primera y tuvo que acudir porque le están exigiendo la segunda y “ya es obligado ponérsela”.

“Yo me la vine a poner por obligación, porque ya están obligando a uno”, indicó.

Su compañera aseguró no estar en contra de la vacuna, pero que “la vida es de cada uno”, expresó a los reporteros de este medio.

 

COMENTARIO AL MARGEN: Es muy cierto, la vida es de cada uno, pero todas las personas vivimos en relación con las demás y lo que significa, que medidas sanitarias de control para evitar que el virus recobre fuerzas y continue matando personas, deben ser impuestas a como de lugar. No es posible, que si de una población de 10.5 millones de personas, 3.5 millones aun no se hayan vacunado y que por sí llevan el virus transmisor, sea la República la que pague la java por tanta falta de intereses y gran negligencia. Se ha gastado demasiado dinero para enfrentar la pandemia, para que dos o tres sin servir quieran echarlo todo a perder. (DAG)