Visita a la Casa Blanca

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Uno de los episodios más sobresalientes de Joaquín Balaguer como presidente de la República en su última gestión de 10 años, fue la visita oficial realizada al presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, en marzo de 1988.

El presidente Balaguer fue invitado a Casa Blanca para una visita oficial, siendo este el segundo encuentro formal de un gobernante dominicano, ya que en abril de 1984 el mismo Reagan había recibido al presidente Salvador Jorge Blanco.

Apenas 2 días antes del viaje se conformó la delegación que acompañaría al presidente Balaguer a Washington, la cual estuvo compuesta por los secretarios de Estado de Relaciones Exteriores, Donald Reid Cabral, y Técnico de la Presidencia, Guillermo Caram; el gobernador del Banco Central, Roberto Saladín y nuestro embajador en Washington, Eduardo León. Asimismo, su asistente, Aníbal Páez, el asesor económico Juan José Arteaga y su ayudante militar, el general Luis Ma. Pérez Bello.

El 25 de marzo de 1988 Balaguer, junto a sus colaboradores, viajó desde Santo Domingo a Miami. Cuando aterrizó en el aeropuerto internacional de Miami le aguardaba el avión presidencial “Air Force One” para trasladarlo a la base aérea Andrews, en Washington, desde donde fue transportado en uno de los helicópteros presidenciales a los jardines de la residencia dominicana en la capital estadounidense.

El día siguiente, el 26 de marzo, el presidente Balaguer era recibido en la Casa Blanca por el presidente Ronald Reagan. Al ingresar al salón oval de la sede presidencial Balaguer colmó de elogios a Reagan al expresarle: “Señor presidente, un gran placer. Me siento sumamente honrado de conocer a un hombre de la magnitud suya y de su estatura. A quien siempre he admirado mucho”.

El tema principal tratado en la reunión fue la solicitud del presidente Balaguer de que se elevara la cuota azucarera de la República Dominican, a lo que Reagan se comprometió a gestionar ante el Congreso de los Estados Unidos. También Balaguer se interesó mucho en el programa norteamericano de bajar impuestos para tener más recaudación.

Al pasar al comedor para almorzar se presentó un pequeño impasse, ya que las tres últimas personas de la delegación dominicana no tenían espacio en la mesa y tuvieron que sentarse en los sillones al costado.

En el almuerzo pasó algo inusitado, que sorprendió a Balaguer y fue la pregunta del presidente Reagan de que si él estaba de acuerdo de que al general Manuel Noriega se le otorgara asilo en República Dominicana. A lo que Balaguer sotorriendo y sin mediar palabras se levantó de la mesa y pidió permiso para ir al baño.

Al regreso Balaguer crípticamente le contestó a Reagan que a él le parecía que “el general Noriega debería estar en otra nación más alejada de Panamá que lo que podían estar República Dominicana y los propios Estados Unidos”. Así concluyó el almuerzo y se pasó a la rueda de prensa. Por: Miguel Reyes Sánchez [Listín Diario]