¿Y si en vez de Rusia-Ucrania es Haití-República Dominicana?

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Aquí hay muchas personas de poder público, que, en situaciones internacionales de controversia, entienden que a todo se le puede sacar provecho y lo que en la realidad de los casos no es así, sobre todo, cuando de por medio se encuentran poderosos intereses en juego provenientes de gobiernos y naciones en pugna.

Situaciones más que delicadas y conflictivas, que obligan y en muchos casos, que, por razones de Estado, ni se hagan especulaciones sobre lo que ocurre y mucho menos, que a la ligera se emitan consideraciones que cuando se viene a ver, comprometen a la misma nación desde la que sus principales autoridades emiten criterios y en el entendido, que de esa manera puedan merecer mucho más la atención y protección de la potencia regional dominante.

Estamos hablando de la postura del gobierno nacional a propósito de la guerra entre Rusia y Ucrania y de la que EEUU y la UE han aprovechado para efectuar una guerra económica de imprevisibles consecuencias para todos los actores en juego y de peores resultados para aquellas naciones, que sin participar en los hechos bélicos, terminan siendo afectadas en sus propias economías y por las derivaciones de una escalada de sanciones económicas, que en este mundo globalizado no permite que se pueda decir que alguien podría salir del todo indemne.

En este sentido y para naciones chicas de corta influencia geopolítica y de compromisos económicos estrechos y dependencia militar mayor con la potencia regional dominante que lleva la voz cantante en su enfrentamiento con Rusia, estas, sus autoridades deberían tener la prudencia de no ser muy ligeras de opiniones condenatorias, cuando como se conoce, a las grandes potencias poco les importa la actitud que las naciones pequeñas pudieran presentar, siempre y cuando sus criterios no afecten el cuadro general de esquema de adhesiones obligadas que la potencia regional dominante les impone.

Por eso, muchos nos hemos alarmado y al ver como el presidente Luis Abinader, prácticamente se le ha entregado a EEUU y tomando partido abierto en contra de Rusia, nación con la que al fin y al cabo tenemos cerca de 80 años de relaciones iniciadas y ahora tendentes a ser cercanas.

¿Por qué hacemos la observación?, asumiendo, que si en un hipotético caso, resultara que los eternos conflictos o controversias con nuestros vecina Haití, llegaran a los extremos de un posicionamiento de armas extremadamente riesgoso y por medio del cual, las presiones de Haití para obligarnos a aceptar en nuestro territorio a millones de ciudadanos haitianos y tal como si fueran dominicanos y con el pretexto de que fueran haitianos de origen dominicano o simplemente, dominicanos de origen haitiano, empujara a esta nación a colocar su ejército en estado de emergencia, bien que podría suceder, que EEUU y la misma UE serían los primeros en apoyar al país transfronterizo, en tanto a los dominicanos nos caerían las presiones y amenazas al estilo de como las naciones occidentales le están haciendo a Rusia.

De ahí, que asumiendo esa posibilidad y la que podría darse en el futuro cercano y desde que el primer demagogo haitiano se le ocurra que debe consolidarse en el poder aireando el odio contra República Dominicana, ¿Quién nos garantiza que en semejante escenario los dominicanos no seríamos los malos de la película?

Entonces si se piensa en esta probabilidad, en el gobierno de Abinader deberían tratar de manejarse con cautela y nadie queriendo pasarse de listo y creyendo, que si ahora se apoya a nuestro primer socio comercial en su desmesura de acciones y presiones contra Rusia y por el pecado de la nación eslava de haberse decidido por enfrentar la guerra de exterminio o de puro genocidio que los ucranianos más extremistas mantienen contra sus connacionales de origen ruso y desde hace ocho años. En la hipotética situación que planteamos, no es verdad que EEUU y la UE saldrían en nuestro apoyo y lo que, viendo todo cuando ahora está ocurriendo en la guerra económica contra Rusia, habría que entender, que nunca los dominicanos tendríamos y en escenario parecido, un apoyo cierto frente a las agresiones que se nos perpetren desde Haití.

Desde luego, no estamos hablando de que entre las dos naciones limítrofes haya en la actualidad semejante espíritu de confrontación ni cosa parecida, pero sí queremos destacar y por un arriesgado cálculo de probabilidades, lo que seguro podría ocurrir si se destara el tipo de infierno apocalíptico que ahora Occidente le mantiene a Rusia y la que con todo y ser potencia global, pero no factor imperial decisivo, se la ve y se la desea ante el escenario impensable hasta hace poco que se le ha venido encima.

Solo esto es lo que queremos destacar y mucho más, si recordamos, que en la presidencia de Bill Clinton fue que EEUU autorizó a la OTAN a que bombardeara durante 78 días a la antigua Yugoslavia, llevándola casi a la extinción y sin que ningún medio de la prensa occidental le montara a EEUU la campaña de odio y desgaste que en la actualidad se le está haciendo a Rusia o lo otro, que cuando el terremoto en Haití de 2010, prácticamente toda la ayuda de Occidente fue a parar a las oenegés estadounidenses y en particular a la de Clinton y dando por resultado, que fue una ayuda que no favoreció al pueblo haitiano y sí a las burocracias de todas esas oenegés.

En resumen, creemos de prudentes, que el gobierno de Abinader debe tratar de no precipitarse en sus adhesiones extremas para tratar de quedar bien con Washington y porque los altos cargos de este gobierno entiendan que pueden sacarle ventaja frente a EEUU, el que en materia de sus intereses no es amigo y menos aliado permanente de nadie.

En cambio, el gobierno dominicano y junto a otras naciones, sí que debería motorizar una política parecida a aquella de las naciones no alineadas cuando los sucesos de la Guerra Fría y siempre para tratar y desde el punto de vista de nuestros intereses, llevar una política de compromiso táctico sin malquistarse con nadie y sin que se le vea como un lacayo de una potencia imperial, que como EEUU, por dos ocasiones nos invadió y ocupó militarmente y en la actualidad, estamos bajo su influencia y dominio a través del Comando Sur y tanto, que nuestras fuerzas militares en activo muestran una extrema complacencia con sentirse subordinadas al referido comando y no, como debería de ser, al propio gobierno nacional y lo que solo se comprueba, al momento que se descubre el esquema de inteligencia y contraespionaje integral del Centro de Comando, Control, Comunicaciones, Computadoras, Ciberseguridad e Inteligencia (C5i). Razones más que suficientes para que nos preguntemos: ¿Y si en vez de Rusia-Ucrania es Haití-República Dominicana? (DAG)