Ahora que se está en un año preelectoral, los funcionarios y allegados del régimen y que manejan presupuestos públicos, sea directamente como empleados del Estado o indirectamente mediante contratos de obras y servicios, deberían y por su propio bien, empezar a limpiar sus cuentas y auto hacerse auditorías que les garanticen cierta tranquilidad a la hora de rendir cuentas en plena campaña electoral y peor, si el gobierno pierde su continuidad.
Y lo que hay que advertir, al ver el modo tan frívolo de como algunos se manejan. Agricultura tirándole las culpas de su ineficacia, a una sequia de tres meses por la disminución de la producción o en Obras Públicas manejando dineros como confetis y destinados a objetivos precisos que en la generalidad de los casos no cumplen o el ministerio de Defensa, queriéndose pasar de listo con el manejo inadecuado del muro fronterizo y lo nada simpático de esa dirección de plan social, de la que se sospecha que no todo está muy claro en lo referente a los contratos de suministros.
Nuestra sugerencia es, que estos departamentos arriba mencionados y otros también en los otros dos poderes interdependientes del Estado: Justicia y Legislativo, donde por lo visto y en particular en el Senado y Diputados, parece que hay un río fuera de madre en materia de despilfarro de recursos, deberían por empezar a presentar auditorias cada tres meses y para que lleven sus “fichas de control”, para la hora que la nación les exija explicaciones. Solo eso. (DAG-OJO)
