Por todo cuanto ahora ha trascendido en los mass madia criollos, parecería como si la DNCD y compartes tuvieron algún papel decisivo y protagónico en el apresamiento para fines de deportación, de tres supuestos miembros de dos mafias holandesas que aquí vivían como millonarios, sin conocimiento de las autoridades y en absoluta impunidad y lo que no fue así.
Y lo que hay que decir, porque no es cierto y no obstante que por lo menos dos de los imputados tienen que ver con cargamentos de drogas y lavado de activos, estos han estado ocho años viviendo en este país como pedro por su casa y codeándose con todo el grupo de gente de la llamada “alta sociedad” y ricos cuestionados por prácticas ilícitas de enriquecimiento desproporcionado y quienes dicho sea de paso, tenían complicidades en sectores del mundo financiero, donde mantenían sus cuentas bancarias sin problema alguno.
Fueron apresados, porque las autoridades de la procuraduría general de la República recibieron un pedido de sus iguales holandesas y no porque ninguna otra autoridad policial o de drogas dominicana hubiese estado detrás de sus pasos. La prueba es, que cuando se empezaron los allanamientos de domicilios, ya es público que tres miembros de la DNCD se les agarró con las manos en la masa, robando en las instalaciones y domicilios donde se les había enviado y lo que evidencia, la mala práctica reiterada de la gente de la dirección de drogas, de saquear a la primera oportunidad donde los mandan.
Periódicos y periodistas criollos deberían callarse, no inventar historietas y para que no sigan dando vergüenza al entendérseles como sicarios mediáticos. (DAG-OJO)
