No ha habido época en este país, en la que políticos demagogos no clamen por beneficios a terceros y en particular, en momentos de crisis económica, cuando como ellos mismos saben, para las autoridades de turno sería extremadamente perturbador el tratar de favorecer un aumento general salarial que pudiera desequilibrar las finanzas gubernamentales.
De ahí, que escuchando ciertos reclamos sobre este particular y en momentos que el clima político tiende a perturbarse con una especie de ambiente electorero a destiempo y cuando para llegar a las elecciones generales hay que esperar a mayo de 2024, por lo que planteamientos de la especie que observamos, necesariamente hay que entenderlos de corte puramente demagógicos, aparte de que si el caso fuera que el gobierno de Abinader atendiera a los mismos, realmente quien se beneficiaría políticamente es quien lo otorga y no el que lo pide.
Mientras esto ocurre, un día como hoy se comprueba, como la oligarquía sindicalizada y con sesenta años a cuestas, no solo que no da pie para que se entienda que sus integrantes deben dar paso a nuevos dirigentes, sino que, por lo visto, la clase obrera luce atrofiada en materia de dirigentes nuevos a tono con estos tiempos. (OJO)
