Aquí y desde los medios de comunicación y de información de masas, así como desde la sociedad civil y las fuerzas vivas y en mayor criticable medida desde el aparato militar y policial de la nación, se ha guardado un penoso y reprochable silencio condenatorio contra los militares y policías que desde el 1961 han ofrendado sus vidas frente al requerimiento patrio que les llamaba.
De esta manera, necesariamente hay que criticar el cobarde silencio militar y policial contra todos aquellos héroes de uniforme que cumpliendo con el mandato constitucional de defender su nación y sin importar ofrendar sus vidas, han sido silenciados y hasta estigmatizados como si las jornadas de defensa patria que vivieron y protagonizaron enfrentados a los grupos facciosos de cuando la Guerra Fría, no fueron unas que deben y tienen que llenar de orgullo a las instituciones militares y policiales, mientras concomitantemente, a quienes se enfrentaron, a aquellos se les reconoce mediáticamente como supuestos o aparentes héroes nacionales.
Creemos que al alto mando militar como a la plana mayor policial y a los jefes de los organismos de seguridad e inteligencia, debería de darles vergüenza, no reconocer a sus héroes muertos y por miedo a las reacciones hipócritas y torcidas de los políticos y en todos los gobiernos, que hemos tenido en ese lapso.
Y que es un comportamiento y conducta cobarde, que habla pésimo de todos los mandos castrenses y que dicho sea de paso, es la razón primordial de que en las nuevas generaciones no exista el mínimo respeto hacia las instituciones castrenses tutelares.
Demandamos pues, que ese terrible silencio contra el desconocido héroe militar que en los últimos 62 años entregó su vida por la patria que le requería, sea descontinuado y que, con orgullo, nuestras Fuerzas Armadas y policiales y seguridad, reivindiquen sus héroes y mártires. (DAG-OJO)
