Por mucho tiempo, hemos estado alertando sobre la probabilidad y en cuanto a que tan pronto sobre Haití se presente un nuevo gobierno y como propuesta básica para legalizar y legitimar la amenaza de intervención militar extranjera “humanitaria”, automáticamente el aparato político dominicano, su clase gobernante y su mismo gobierno, deberían de estar listos para entender la verdadera intención estadounidense para hacer de las dos naciones en la misma isla su unidad institucional propia y con ejército compartido.
Nos explicamos, veinte años atrás, revelábamos que los dominicanos teníamos que estar ojo avizor, respecto al interés del Pentágono al utilizar la caída del presidente Arístide y la aparente destrucción de las fuerzas armadas haitianas, como el mecanismo expedido para crear las bases de un ejército haitiano clandestino en República Dominicana y disfrazados sus componentes de una especie de exiliados económicos al oriente de la isla compartida.
Para esa época, ya no menos de cinco generales haitianos y cerca de dos mil militares habían pasado al territorio dominicano como lo más parecido a células durmientes y a espera que ciertos acontecimientos aún mayores pudieran presentarse en Haití.
Esos acontecimientos los hemos visto con el asesinato del presidente Moïse y el repunte grave del pandillerismo militarizado haitiano y del que como ya se ha visto, en apariencias, tiene el control de casi toda la capital haitiana y sus tres millones de habitantes, pero no así del resto del país en donde la paz y las instituciones funcionan y el estado de derecho y aun con ciertas limitaciones se mantiene.
En el interin, a los dominicanos se nos ha hecho creer que el supuesto terror pandillero en Puerto Príncipe sea la muestra de un terror ampliado a todo el resto de la nación haitiana y lo que no es así. Sin embargo, los medios de comunicación dominicanos y por ignorantes como de atrevidos, han alentado la versión y la que a nuestro juicio, oculta, que en estos momentos entre dos y cinco mil haitianos han pasado a filas de las fuerzas militares dominicanas y con el pretexto de que supuestamente son “dominicanos de origen haitiano”.
De hecho, las fuerzas armadas dominicanas han sido penetradas con una unidad militar haitiana de parecida fuerza de choque dentro de parámetros de guerrilla urbana y que ya listas, responderán al movimiento de pinzas que el poder estadounidense va a utilizar y en su momento, para afectar institucionalmente la soberanía nacional.
Lamentablemente, en este gobierno del presidente Luis Abinader, parecería que el patriotismo ha desertado de ser dominicano y a los niveles más altos de nuestras fuerzas armadas y que es la razón, de que ni siquiera exista una labor sostenida y creciente de contraespionaje para estar plenamente enterados de que es lo que realmente se fragua a propósito de la intervención militar extranjera que le viene a Haití y la que decididamente será la peor amenaza táctica y estratégica para nuestro país.
Inclusive, el gobierno dominicano, parecería que desconoce el por qué, el expresidente Arístide, el político que más odia lo dominicano, ni por asomo quiso integrarse a los aprestos de crear un gobierno colegiado en su país y como acaba de ocurrir y quien es el personaje populista que Washington tiene a resguardo y con el propósito de hacer del expresidente, la pieza clave para un nuevo gobierno haitiano definitivo.
Y que será el motor de la agresión institucional, que nuestro primer socio comercial quiere perpetrar contra los intereses nacionales e inmediatamente el efecto de los militares extranjeros intervencionistas, de paso a todo un movimiento guerrillero urbano liberticida, cuyo único y verdadero objetivo es provocar una especie de “incursión” armada en territorio dominicano, que obligue a nuestros militares hacerle frente y que al momento de ocurrir, la quinta columna haitiana en nuestro ejército hará lo necesario para sembrar el caos en nuestro país …y como pretexto para que los soldados estadounidenses del Comando Sur, penetren al territorio dominicano para “salvar vidas” y que políticamente sería aprovechado para ocupar nuestra nación.
Se podrá creer o no lo que estamos planteando, pero al menos, esperamos que nuestros lectores le den mente a lo que decimos y con un solo propósito, para que influyan en el ánimo del sector mediático y a modo de que este advierta a la nación del posible grave peligro que va a amenazar a nuestra soberanía y en el caso -probable- de que se produzca, el atentado que decimos contra la soberanía nacional y que al producirse, estaría apoyado también por la mayoría de los 300 mil estadounidenses de origen dominicano que viven como retirados en el territorio nacional y que es otra grave quinta columna en nuestra nación.
A nuestro criterio y para evitar lo peor en estos momentos y para los próximos tres meses, el gobierno dominicano deberá abocarse a sacar del país y manu militari si es preciso, a no menos 300 mil haitianos ilegales en nuestro territorio, controlar a más, los que todavía continúen en él y para que al momento que ocurra el escenario que advertimos, las tropas clandestinas haitianas y de formación militar en calidad de supuestos “haitianos de origen dominicano” no nos den la puñalada trapera que facilitará a la Casa Blanca, ocupar el territorio nacional.
Cómo en otras ocasiones, repetimos lo mismo, en cuanto a que la cabeza se ha hecho para pensar y no solo para peinarse y al ver que hay una fuerte mayoría nacional que con el pretexto de la campaña electoral no está prestando la debida atención al escenario probable que creemos ver y el que nos provoca justa alarma y al ver que nuestro propio gobierno, parecería que no está en eso de proteger la soberanía nacional.
Pensando en todo esto pues, es que advertimos, que Haití ya tiene su pantomima de nuevo gobierno y se legaliza la intervención militar humanitaria extranjera y la que amenaza a nuestros intereses. Con Dios. (DAG) 28.04.2024
