Una de las características más significativas de los gobiernos que nacieron en el lapso 1978-1986 y luego entre el 2000 y 2020, es el haber dispuesto y sin asidero legal alguno, de más de 5 mil millones de pesos para editar y publicar “obras literarias y de análisis” de políticos y periodistas allegados a los régimen cuya característica fundamental es el tener una raíz común del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) de cuando la Guerra Fría y creyéndose sus responsables, que de ese modo se daban el barniz cultural que haría olvidar su analfabetismo funcional, propio de todo farsante de opinión.
Recién, el presidente Luis Abinader asistió a uno de estos espectáculos literarios de lisonjas mutuas, en el que el país político descubrió, que el director o responsable del área de prensa en los gobiernos de Leonel Fernández, había dado el paso de “hacerse asequible” al gobierno del Partido Revolucionario Moderno (PRM) y como primera presentación en calidad de lo obvio: Ser parte de la estructura propagandista “extra-partido” de la reelección constitucional.
Desde luego, cada uno, en la fiesta, la cuenta del modo de como le fue, pero cuando se trata de un preámbulo para entrar en la fiesta reeleccionista, el detalle que llama la atención es como cierta gente y con la facilidad propia del pequeño burgués desesperado por escalar socialmente, sabe manejarse y para hacerse creíble al gobernante de turno y quien de manera oportunista cree que se ha sacado el premio mayor.
Desde este punto de vista, es evidente que el talento del nuevo escritor servirá de poco y mucho más, cuando se trata de un desertor y cercano de Leonel y quien como encantador de serpientes (al menos es lo que se cree) se tomará su tiempo para poner en su sitio al nuevo deshonesto intelectual que en el entorno de la Fundación Global ya se cree. (DAG-OJO)
