La obsesión de Sánchez contra Madrid

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La actitud de Sánchez con Madrid es un enorme error que le ha perjudicado, además, electoralmente. Hay una percepción generalizada entre los madrileños de que es un comportamiento irracional y fruto de una antipatía personal, porque cosecha derrota tras derrota tanto en la comunidad como en la capital. Nunca conseguirá revertir este resultado si persiste en el error. No se trata de una percepción, sino de una realidad constatable con las diferentes decisiones que perjudican a una comunidad que es el motor de España y una capital que tiene un enorme prestigio internacional.

Esto contrasta con las escandalosas cesiones a los independentistas. Nací en Barcelona, donde he vivido la mayor parte de mi vida, aunque llevo 16 años en Madrid desde que me nombraron director de La Razón. Por tanto, quiero profundamente a la tierra donde nací, pero también a la que me ha acogido estos últimos años. Nunca han sido dos sentimientos incompatibles, sino todo lo contrario. En infinidad de ocasiones he dicho y escrito que ser catalán es mi forma de ser español. Es lo que nos une a todos y nunca nos debería separar. Por ello, me parece que Ayuso acierta en su firme defensa de Madrid y en su denuncia de las actuaciones de Sánchez contra la comunidad y la capital, porque perjudican a España.

La presidenta madrileña ha recordado que no conoce ningún país del mundo en el que su presidente y su gobierno actúen en contra de su capital o de un territorio del país. Es inaceptable que se produzcan este tipo de comportamientos en un Estado de Derecho. Los pactos de Sánchez son un despropósito y lo sabe muy bien, pero es prisionero de los caprichos antiespañoles y secesionistas de Puigdemont, Junqueras, Ortuzar y Otegi. Esta realidad objetiva la podría compensar no perjudicando a Madrid. Como es madrileño resulta más lamentable que no aproveche las medidas que adopta Ayuso y que benefician al conjunto de los españoles. Es evidente que un motor que funciona tiene que ser cuidado e incluso mejorado para que cumpla su función. No solo Madrid, sino que se tendría que volcar en todas las comunidades sin importarle quién las gobierna. Por: Francisco Marhuenda [La Razón]