martes, marzo 18, 2025
InicioFirmas“Los liderazgos no se decretan…”

“Los liderazgos no se decretan…”

Eso dijo, con toda certeza sociohistórica, el expresidente uruguayo Julio María Sanguinetti sobre otro líder político de su país y agregó “ni se inventan”. Y es que hay quien cree que ser líder es una suerte de relevo forzado, impostura de género o de cuestión generacional; sin embargo, los liderazgos políticos y sociales -y hasta de otras índoles- se construyen o surgen en una coyuntura específica de la historia de los pueblos y, como todo ente social, vienen con virtudes y defectos que a veces el carisma, la idolatría o el fanatismo imposibilita, a sus seguidores, auscultar o comprender ambas características intrínsecas de esos hombres que trascienden en cualquier sociedad.

Igual hay una gran diferencia entre un político y un activista -que puede ser político-. Al respecto, básicamente un político clásico es aquel militante que en un partido político, abraza una doctrina, una ideología y un programa de gobierno, mientras que un activista político, generalmente, es aquel que puede militar en un partido, pero su razón de ser o motivación última, casi siempre, está centrada en una determinada agenda social o de múltiples causas o razones -medioambiente, género, filosofía, religión, etcétera- y no necesariamente, en el fin último de todo partido político: llegar al poder e implementar su oferta programática.

Quizás por esa visión dispersa, los activistas políticos de múltiples agendas, sin saberlo, confunden ambos roles y se les imposibilita deslindar ambas dinámicas sociopolíticas: la del partido donde militan -cuyo objetivo primario es alcanzar el poder- y los otros objetivos secundarios -otros ejes temáticos o causas variopintas- que, muchas veces, para un partido, son negociables-consensos en aras de alianzas, pactos o preservar, en una determinada coyuntura especial, la propia organización política donde se milita; aunque tal estratagema o estrategia, elaborada por su cúpula-jerarquía, choque o entre en contradicción antagónica con lo que un determinado activista político defienda como genuinamente democrático.

Y por esa visión democrática-dogmática o de innegociable visión centrada, los activistas políticos de múltiples agendas, casi siempre, asumen posturas psico rígidas sobre el porqué “los liderazgos no se decretan…” y, en consecuencia, sufren grandes decepciones… O cuando no, son grandes desconocedores o no practicantes de la política en sentido clásico o de lógica. Por ello, políticos y activistas abrazan diferentes objetivos y agendas.

Nuestro país conoce a los dos actores: unas veces en representaciones de países o gobiernos extranjeros y otras de entes nacionales-gubernamentales (pro-ONG), pero en ambos casos defensores, a ultranza, de dos tipos de agendas: nacional o supranacional. Aunque algunas veces confluyen ambos en un mismo liderazgo (son excepciones, pero las hay). Por: Francisco S. Cruz [El Caribe]

 

 

RELATED ARTICLES
spot_imgspot_imgspot_imgspot_img

LAS ÚLTIMAS NOTICIAS DE HOY

Mas Populares