Siempre hemos dicho y por años, que los dineros más limpios que hay en esta economía, por lo menos hasta hace poco, son aquellos provenientes de los peloteros de las grandes ligas estadounidenses. Pero también hemos dicho, que, si estos transgreden las leyes y afectan su propia integridad personal, ninguno entonces y sea por via directa o por sus abogados, pueden reclamar “prudencia y respeto” de la prensa hacia el pelotero o ex pelotero que sea confrontado y el ministerio público deba interrogarle por horas.
Ya hay dos muestras emblemáticas de lo que decimos. Hubo uno al que en un antro le dispararon y viéndose involucrado en un caso que envuelve a un capo del narco ahora preso en el exterior y el otro, se trata de alguien, que por lo visto se quiso pasar de listo y ahora está metido hasta el cuello en un feo asunto de lavado de activos y de gran repercusión en la vida nacional.
En consecuencia, los dos han afectado sus nombres e integridad personal y nadie puede esperar que la prensa calle ante lo que ya es parte del comentario público. Al que le cayeron a tiros, los mass media le trataron con cierto cariño y el asunto se ha dejado para que cuando el capo involucrado vuelva al país. Y en cuanto al otro, ahora es que empieza su viacrucis y en la medida que ha trascendido, que no podrá salir todo lo indemne que quisiera de la investigación que los fiscales contra la corrupción le han abierto. Entonces, hay que ser muy descarado para que, en estos casos, se reclame “prudencia y respeto”, cuando ambos no lo tuvieron hacia la ciudadanía. (DAG)
