¿Se estará preparando el gobierno ante una posible derrota electoral y por eso de llamar a la guardia a que se tire a la calle en funciones de policía?

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Ha sorprendido, que este sábado 27, el gobierno hubiese tomado la decisión “y en aras de la paz pública”, en cuanto a que un batallón militar del Ejército se sume a los patrullajes policiales y supuestamente, “para garantizar seguridad”.

De sorpresa se trata, cuando se sabe perfectamente, que, de los 35 mil efectivos policiales, su director se ufana en decir, que, con ellos, la seguridad nacional como el orden público se encuentran garantizados y no obstante la ola de criminalidad que, desde los barrios populares de nuestras ciudades, llega ya a más del setenta por ciento del territorio nacional.

A mayor sorpresa y a grandes rasgos, es cierto que parecería, que la policía es incompetente para enfrentar la delincuencia juvenil y la que se alienta desde los lupanares mediáticos en las redes sociales, mientras los principales candidatos electorales opositores claman porque las autoridades presten atención a los notorios indicadores de inseguridad que están afectando a la población y en particular desde el uso de motoristas formados como delincuentes y asesinos jóvenes, quienes armas de fuego en mano se desplazan y de una forma continua por el gran Santo Domingo y para no mencionar las otras diez más pobladas ciudades en la geografía nacional.

Nosotros en cambio y viendo más allá del horizonte, lo que entendemos que está ocurriendo, es que parecería que en el gobierno se están preparando por si la reelección presidencial y junto a sus candidatos legislativos perdieran los comicios del 19 de mayo y dado ese espíritu de sospecha y levantisco que caracteriza a todos los $miembros o seguidores$ del oficialista Partido Revolucionario Moderno (PRM).

Sobre este particular, nadie olvida, que cuando el PRD de cuando finales de la Guerra Fría perdía las elecciones y hablamos de los años 1986, 2004 y para no recordar las anteriores del 1962 y perdido el gobierno por un golpe de Estado en el 1963, que significativamente demostró, que los mismos perredeístas dejaron que el golpe militar se impusiera y absolutamente ninguno de ellos salió a las calles a defender al caído gobierno del presidente Juan Bosch, salvo el secretario general del PRD, Washington de Peña, mientras Miolán salía rápido a esconderse.

Entonces y al tenerse aquel rastro y recordándose el otro desastre institucional que significó la llamada “revolución de abril de 1965”, por el que el PRD de aquel entonces fue desplazado por los grupos juveniles comunistas y castristas y dando por resultados, que la nación, cansada de tanto trastorno institucional, prefirió refugiarse en la política de experiencia del expresidente Joaquín Balaguer y quien desplazó al derrocado expresidente Bosch y proyectándose hasta el 1978.

Lo más significativo fue, que entre el 1966 al 1978, el PRD fue incapaz de recuperar el poder y cuando lo intentó con el llamado acuerdo de Santiago, tampoco su dirigencia fue diestra para imponerse al partido gobernante el PRSC.

Ahora y a contrapelo de aquellos acontecimientos, vemos que el sucesor del PRD, el actual PRM y después de haberse robado y gracias a la complicidad de la Junta Central Electoral (JCE) las elecciones municipales del 18 de febrero pasado, parecería que sus capitostes y ante el evidente alejamiento de la población a sus directrices, temiese, que para las presidenciales y legislativas del 19 de mayo, los electores le cobren la afrenta cometida contra el orden institucional de la República en febrero.

De esta manera y de pronto, hay que razonar, que todo indica que el PRM y su gobierno pretenden adelantarse a los efectos ciertamente traumáticos de una derrota electoral que le fuere tan significativa y pretendiese hacer uso de los poderes militar y policial y para reducir a la obediencia, a una población, que por lo que parece, decididamente se presenta como si en verdad estuviese dispuesta a desalojarles electoralmente del poder.

De ahí que a razonamiento a contrario, hayamos entendido, que esta singular apuesta y no hay otra forma de describirla, por la represión de uniforme y con miras de mantenerse en el poder a como dé lugar y por lo que un alto jefe militar a cargo del Comando Conjunto Unificado de las Fuerzas Armadas, planteara, “que con este relanzamiento se está introduciendo un nuevo enfoque operacional en apoyo a la Policía Nacional” y teniendo supuestamente como objetivo, “intensificar y dar seguimiento “minuto a minuto” al mapa de calor de acciones delictivas, con la finalidad de atacar de frente esas incidencias que afectan a los ciudadanos en todo el territorio nacional” y que dicho con todo respeto, pocos creemos que tal anuncio se ajuste a la verdad que se quiere hacer creer.

Por lo tanto y siguiendo con nuestro razonamiento a contrario, consideramos que hay que alertar a los mandos militares y para que no se vuelvan locos y se dejen utilizar políticamente por las autoridades civiles, quienes, manipulándoles, estuvieran desde ahora preparándose y por si llegado el caso y  Abinader y PRM perdieran las elecciones y quisieran quedarse a la mala en el poder.

Así mismo, los jefes militares deben recordar, que, si la reelección de Abinader pierde, quien lo provocaría sería una genuina mayoría nacional de electores y quienes libremente decidirían al respecto y ante lo cual, ningún otro factor de fuerza bruta pudiera imponerse.

Y como lo que nos preocupa es que el gobierno y el PRM desaten una acción subversiva contra la diafanidad y majestad del voto ciudadano y si se toma de antecedente, esto hay que reiterarlo, el fraude descomunal ocurrido el 18 de febrero, que a los militares haya que advertirles y muy seriamente, que nadie en este país y que se considere respetuoso de las leyes y la Constitución, nunca apoyaría ningún tipo de ocurrencia desestabilizadora golpista.

Consecuentemente, sobre este particular, mañana martes y en su rueda de prensa semanal, esta debería de ser la primera inquietud que hay que plantearle al presidente Abinader y porque por lo que diga o calle al respecto, la nación tendría entonces una firme deducción del porqué de una decisión militar tan crispante.

Es de esperar pues, que nuestros caros lectores entiendan este planteamiento y que brevemente, se resume en la siguiente pregunta: ¿Se estará preparando el gobierno ante una posible derrota electoral y por eso de llamar a la guardia a que se tire a la calle en funciones de policía?

Todavía más, ¿no es de sospecha que el jefe militar aludido, hubiese enfatizado su anuncio y al decir, “tenemos todo el respaldo del presidente Luis Abinader como autoridad suprema de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional, de quien hemos recibido un apoyo total, tanto moral como en recursos, así como del alto mando de las Fuerzas Armadas, el ministro de Defensa, teniente general Carlos Luciano Díaz Morfa y de la Policía Nacional, para dar fiel cumplimiento a nuestro deber”.

Para colmos y como si lo anterior no fuera suficiente para intranquilizar a la población, el mencionado alto cargo militar, enfatizó que “este despliegue forma parte de las operaciones conjuntas que se estarán llevando a cabo en las direcciones regionales de Santo Domingo Este, Norte, Oeste y en la ciudad de Santiago para fortalecer el combate a la delincuencia común, el crimen organizado, contribuir a la seguridad ciudadana y el mantenimiento del orden público”. Con Dios. (DAG) 29.04.2024