Un discurso electoralista, falso e irritantemente mentiroso y pró lucha de clases y el que de cero a diez puntos, solo logra un 3

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Cuando se analiza un discurso pronunciado a nivel presidencial y tanto de gobierno como de oposición, lo primero que debe observarse, es hasta donde el mismo cumple con el debido respeto hacia la audiencia y sabiéndose, que, en el país político, no hay político que no haga uso de la demagogia y a favor de que lo que diga, lleve hacia un punto de sintonía con la audiencia atrapada y siempre ignorante que lo acoge.

Digamos que ese sería el pecado menor, luego que un opositor aspirante de nuevo a la presidencia de la República formule una exposición dirigida a poner en ridículo al presidente de la República, que no es precisamente lo que se espera de alguien que aspire a sucederle y que en el caso del expresidente Leonel Fernández, ha sido un aspecto que el político no desaprovechó en lo absoluto.

En el ataque de anoche -personal y político- contra el presidente Luis Abinader, lo que vimos, fue un esforzado intento de Fernández y en base a manipular las emociones de sus seguidores y la ignorancia de los otros que miran tras las barreras, por tratar de distorsionar el panorama nacional y tanto, que jugando a manipular cifras y llevar un argumento emocional, su único objetivo era restarle calidad electoral a un presidente al que Fernández no le reconoce ningún mérito.

Fue sin duda la exposición de un viejo caudillo redivivo y que como presidente fue altamente corrupto y corruptor y queriendo restarle calidad a otro político, que como presidente, es el primer joven que llega al poder después de desaparecido el trujillato. Por lo tanto, fue un discurso contra una generación de jóvenes que exhiben sus primeros lances en el poder y, por lo tanto, susceptibles de cometer errores y los que siempre y como le ocurriera a Fernández, son corregibles.

Ahora, lo que realmente inquieta, es la mentira forzosa del presidente de la FP y al decir al final de su soflama, que este país, supuestamente “no es racista, no se discrimina, no se practica la xenofobia y tampoco se ejerce la apatridia” y que son aspectos del diario vivir, que una persona medianamente educada y de comportamiento decente, no debe ni puede tratar de ignorar y porque se trata de una realidad viva que afecta a más de la mitad de los dominicanos que no son conocidos de los medios y periodistas y que también son despreciados por la burguesía.

En este sentido, es imperdonable el manejo artero de un discurso-soflama que no va dirigido a convencer y sí alentar bajas pasiones y ganar votos o lealtades solo en base a mantener silencio respecto a la fuerte lucha de clases que se vive en este país.

A nuestro modo de ver, es un discurso-soflama que el presidente Abinader, directamente no tiene porqué responder y a lo sumo, algún tipo de aclaración respecto a los manipulados datos económicos que el expresidente plantera y para lo cual, el vocero del gobierno es el que debería realizar. En una escala de cero a diez puntos, Fernández y por resentido, solo logró un 3. (DAG-OJO)