Visita de Hipólito a Danilo tiene cola y mucha

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Que, con motivo de las festividades de fin de año, las personas se saluden y visiten, no tiene en sí nada de anormal y visto que es lo propio de la relación entre amigos y conocidos. Pero que un expresidente de la República que tiene un peso significativo dentro del partido oficial y en el mismo gobierno, visite a otro expresidente que se encuentra como cabeza de la oposición y recién salido de un brote de un virus infeccioso, le visite, no solo que llama la atención y sí que obliga a entender la visita dentro de los aspectos propios entre políticos en campaña muda y espectral y de cara al acontecer nacional.

Por eso, que el expresidente y oficialista, Hipólito Mejía, visite al también expresidente y opositor, Danilo Medina y en momentos que el principal barón mediático, Pepín Corripio, se le entiende que apoyará las pretensiones de retorno al poder del otro expresidente, Leonel Fernández, arroja un gran signo de interrogación y toda vez que las visitas entre políticos siempre tienen una finalidad política y tanto si uno u otro se quisieran engañar entre sí y que por lo que indagamos, no es el caso.

Más bien, lo que hay, es determinada inquietud, de si acaso Corripio pretende utilizar su oligopolio mediático con miras de apoyar, a un Fernández, a quien y en una hipotética alianza electoral PRM-PLD, le sería muy trabajoso pretender imponer su pretensión de caudillismo redivivo.

Pero alianzas de maco con cacata siempre se han visto dentro del panorama político, por lo que no habría que descartar, que el millonario empresario y como despedida final, quisiera dar un apoyo absoluto a Fernández y que, de hacerlo, significaría que su oligopolio mediático estaría inclinado a un solo sector y que como puede suponerse, no sería un asunto que le haría gracia al partido en el poder y mucho menos al principal de la oposición.

Si lo anterior se entiende, entonces se comprenderá, que el paso dado por Hipólito de verse con Danilo no es del todo inocente y menos, cuando Hipólito y antes de irse de este mundo, quisiera ver a su hija Carolina como candidata vicepresidencial de su partido o de cualquier otro y lo que desbancaría, a no menos de diez potenciales presidenciales del PRM. Mientras tanto, Abinader está el acecho y bien que debe hacerlo, pues si se descuida, hasta la alfombra se la quitan de sus pies. (DAG-OJO)