Dos interrogantes y una probabilidad ¿y si Abinader decide no repetir en el cargo y porque las inconductas de sus subalternos son extremadamente graves?

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No sería nada extraño, que un presidente de la República y por las razones que fuere, decida no ir como candidato a la reelección y lo que ocurrió en el periodo de gobierno anterior, pero básicamente por presión estadounidense o que un presidente en ejercicio, asqueado por las inconductas de muchos de sus subalternos, decida no continuar en el cargo y para evitarse un serio cuestionamiento hacia su conducta personal y la que con seguridad mancharía el buen nombre de su familia, madre, esposa e hijas y demás familiares.

También podría darse el caso y sin suponer lo peor con relación al presidente Luis Abinader, que el primer mandatario haya decidido poner a prueba a sus seguidores dentro del aparato administrativo del Estado, obligándoles a rendirle cuentas reales vía auditorias de la Contraloría General de la República, que es una dependencia que directamente trabaja a las órdenes y vigilancia del jefe de Estado y de Gobierno.

Por lo pronto, las acusaciones o imputaciones de corrupción desde el poder a la sombra del Partido Revolucionario Moderno (PRM) parecería que de tantas como escandalosas y lo que oposición y prensa viven pregonando y queriéndose curar en salud, el gobernante -que no tiene porqué cargar con la responsabilidad de las inconductas personales de sus subalternos- ha decidido poner a todo el mundo contra las cuerdas y de ahí el llamado a la Contraloría General, de que se le hagan auditorias a todas las dependencias del gobierno y que se publiquen.

Sin duda, es un paso extremadamente osado para cualquiera que sea presidente o que entienda y que parecería es el caso de Abinader, de que por nada del mundo quiere salir del poder el día que las circunstancias y el tiempo le toquen, sin poder mirarle a los ojos a los suyos y con serenidad e hidalguía a sus conciudadanos.

En este sentido hay que entender la decisión ya tomada y que se ha puesto en ejecución con gran celeridad, sobre todo, que si desde ahora el presidente le quita las garrapatas al toro del PRM, seguro que cuando se llegue a enero de 2024, él mismo, su gobierno y el mismo partido, podrían ir a los comicios municipales de febrero y a los congresionales y presidenciales de mayo, con la confianza plena de que el electorado, por otras razones pudiera rechazarle a él y sus candidatos, pero no porque hayan acusaciones ciertas sobre corrupción desde la administración pública en el gobierno actual y que esto último es lo que la oposición enfatiza.

Y al hacerlo, creemos que Abinader ha dado un paso arriesgado y atinado, prudente y altamente político y muy a tiempo. Por lo pronto, le arrebata a la débil oposición, argumentos de cualquier tipo sobre asuntos de corrupción y le facilita un ambiente de confianza absoluta a los candidatos del partido oficial y que, para toda formación política, al final, es lo que realmente importa.

Al mismo tiempo y ante su familia, el primer mandatario refuerza la gran autoridad moral que tiene frente a los suyos y garantizándoles de esa manera, que cuando él abandone la presidencia de la República, ninguna de las cinco damas a quienes les doliera que tuvieran que pagar los platos rotos por lo que él haya cometido algún despropósito o ilícito y lo que, hasta ahora, solo se le reconoce su gran sobriedad de conducta y de entrega a la República.

Pero él es el jefe de Estado y jefe de Gobierno y como cabeza de toda la administración pública en los tres poderes del Estado, sin duda que de una auditoría en la que sus autores perdieran el juicio y cegados por el odio y la envidia hacia el presidente exitoso y más allá de lo razonable y sabiéndose el tremendo lío que encontró, podría ser que algún “periquito” sus adversarios políticos quisieran endilgarle.

En este punto, ninguno de los expresidentes que han salido del poder y que están vivos y aspirando: Hipólito, Leonel y Danilo, ninguno y esto hay que recalcarlo, ha podido salir del poder sin que no le acompañe un rastro de aparentemente haber favorecido la corrupción desde el poder en grado extremo y, por lo tanto -frente a Abinader- no son y hablamos políticamente, referentes de valer.

Así se tiene la primera de las dos interrogantes de que hablamos: La orden de auditorías desde la Contraloría General y para publicarlas a lo inmediato y la otra, es la interpretación que algunos le han dado a la sana como hasta ingenua declaración presidencial efectuada en la tele el pasado fin de semana, de que, de sus tres hijas y su esposa, por lo menos dos y la señora, no están nada convencidas de que vaya a la reelección constitucional.

Desde luego, que no estén convencidas, tampoco quiere decir que fueran a montarle un piquete exigiéndole que no vaya y lo que debe descartarse, porque el presidente viene y tiene una familia de educación de hogar realmente ejemplar y además, lo más firme, ¿con qué derecho otros ciudadanos podrían atreverse de ir en contra de la decisión que tome Abinader y como político, presidente y ciudadano, a quien y como a todos los demás ciudadanos, la Carta Magna le garantiza su derecho de libre decisión y escogencia y mucho más él, que a diferencia de los otros posibles candidatos presidenciales, la misma Constitución le garantiza y permite su reelección constitucional?

De ahí, que frente a la alharaca que artificialmente se quiere armar y para evitar que el potencial candidato presidencial Abinader, a quien ahora todas las encuestas le dan y sí se presenta, un amplio triunfo electoral, no vaya a las elecciones como candidato, nos parece absolutamente irrazonable, abusiva, irrespetuosa y sobre todo, violadora de su derecho a ejercer su libertad de escogencia. Además, el presidente no es libre por sí mismo para darle la espalda a la nación, es decir, a los millones de dominicanos que aspiran a verle repetir en el cargo y ni hablar con relación a su partido.

De todas maneras, Abinader y como todos, hay que dejarle ejercer su libre albedrío y tener la satisfacción de valorar por sí mismo como la nación aprecia y valora su trayectoria como gobernante y esto, independientemente a que planteemos lo de las dos interrogantes y una probabilidad ¿y si Abinader decide no repetir en el cargo y porque las inconductas de sus subalternos son extremadamente graves? Con Dios. (DAG) 28.06.2023