El Gobierno del PRM y de Abinader en materia de prensa y comunicación todavía no da pie con bola

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¿Cómo es posible que en materia de prensa, comunicación y estrategia hacia los medios y con 15 meses ejerciendo el poder, todavía en el Palacio Nacional no definen una política creíble de como comunicarse y venderse ante la población?

Primero, porque en esto, Abinader escucha muchas voces y ninguna le dan garantías de que lo que quiere pueda implementarse. Un día le saca al periódico de los Pelleranos uno de los suyos y lo coloca como director de estrategia y al poco tiempo se da cuenta de que este no es lo suficientemente capaz para elaborar un plan a seguir. El otro, nombra una de sus pasadas bocinas como su vocero y ahora se ve en la obligación de nombrar a una aparente especialista política proveniente del gobierno pasado, pero más que eso, “alicate” del expresidente Hipólito Mejía y de este modo y con tanteos no llegará a puerto.

¿Dónde está la falla? Qué a ninguno les da libertad de acción y porque evidentemente, en la practica diaria son rivales los unos a los otros y provocando que los subalternos no sepan que hacer, mientras “extrarradio”, las bocinas que dicen que Abinader les debe el cargo por lo que dizque hicieron en los mítines en la Plaza de las Bandera, se entienden que son ellos los que deben llevar el peso de la propaganda y como tales, asumen que deben actuar punitivamente contra “los enemigos” y olvidando que este gobierno nació de unas acciones manipuladoras hijas del bloqueo a internet que se dio en las elecciones pasadas, que a su vez generó una ola de chismes imparables que derrumbó las expectativas del gobierno anterior y elevó a la presidencia a un Abinader a quien de sorpresa le llegó el poder.

Mientras no se entienda esa realidad y que, de cada 100 dominicanos, 60 aún no creen mucho en las políticas gubernamentales y 30 rechazan la represión contra empleados públicos no del PRM y contra la prensa independiente en internet y solo 10 creen que de Abinader “se podría sacar algo”, en tanto está la otra realidad, de que “ganó” las elecciones con un 40 % de abstención, no hay manera de que la política comunicacional sea creíble.

Con todo, Abinader tiene suerte, pues en lo personal a demostrado que tiene buena fe y disposición para actuar y trabajar a favor de la República y solo por eso y no por lo que digan sus bocinas, se merece que se le apoye y si se deja, que se le pueda ayudar a encausarse. En función de esta realidad, es que la política comunicacional debe materializarse no por la propaganda masiva y alienante de culto a su personalidad que se está haciendo. De lo contrario, seguirá de tanteo en tanteos y lo que para nada le ayudaría a su continuidad constitucional. (DAG)