El peor efecto del fraude electoral de febrero 18 es que Abinader aumentó en más de un 30 por ciento su tasa de rechazo y por lo que y si nada cambia, su reelección peligra

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Antes de las elecciones municipales del 18 de febrero pasado, las posibilidades electorales del presidente Luis Abinader y de cara a concretar su aspiración reeleccionista del 19 de mayo y diciéndolo francamente, eran más que óptimas. Nada parecía interponerse a su paso y el PRM se movilizaba a paso de rodillo sin obstáculos ni baches.

Sin embargo, llegó el día de las elecciones municipales y entonces los dominicanos descubrimos el antifaz con el que el gobierno escondía su pretensión: Compra masiva de votos, votantes y candidaturas y a un nivel tan indecente, que todavía la repulsa ha sido tan generalizada, que el mismo gobierno tuvo miedo de celebrar su “triunfo” electoral.

Desde ese día, y hoy a un mes de lo acontecido, la tasa de rechazo que acompaña al presidente y lo peor, incrementándose, pasa del 30 por ciento y que es un rechazo que abarca a todas las clases sociales, al mismo PRM y a lo absoluto desde la oposición, mientras de lejos, el empresariado y el mundo financiero, se ponen las manos en sus cabezas y viendo, que, de golpe, el oficialismo había cometido la peor insensatez y en su terrible arrogancia de poder.

Los efectos entonces no son solo negativos y traumáticos, sino altamente de un rechazo público tan asqueante, que, de golpe, han puesto a pensar si valdría la pena apoyar una reelección, que por lo visto, se cimenta en un manejo brutal de lo que de pronto se ha revelado como una democracia autoritaria que procura un gobierno y dictadura del partido único y el que ya no se anda en chiquitas y utilizando al ministerio público como su ariete más represivo contra todo aquel que muestre voz o se presente como opositor desde la sociedad civil o lo poco de periodismo auténticamente profesional que existe.

Que se conozca, ni los peores adversarios de Abinader, jamás pensaron que ocurrencia semejante podría darse y mucho menos, cuando ya Abinader estaba movilizándose en la cresta de una ola de popularidad y no fingida, que no daba posibilidad alguna que a nivel presidencial la oposición pudiera desbancarle.

No obstante, lo inimaginable ocurrió y peor, que ni Abinader, tampoco su partido y menos su aparato de propaganda, ninguno se ha dado cuenta todavía del terrible fenómeno negativo contra la popularidad del presidente, que por la arrogancia de los capitostes del PRM y los popis del gobierno, han arrastrado los resultados tramposos de las municipales de febrero pasado.

Para colmos, ahora han empezado a revelarse todo cuanto, en inconductas, felonías y trampas, el oficialismo ha motorizado y a un grado, que es más que evidente, que la repulsa general ciudadana no se esconde y los ciudadanos empiezan a manifestarse con el encono y presunción, de que el mismo comportamiento abusivo, intuyen que el gobierno y su PRM pretenderán realizar en mayo 19, al respecto, la sublevación anti PRM que hay en las redes sociales, lo dice todo.

A este punto, lo correcto debió de ser, que los estrategas oficialistas hubiesen alertado a la administración, en vez de ello, el gobierno continuó en sus trece y de creerse intocable y el PRM, de asumir que ahora es que deberá golpear duramente a la oposición.

Solo hay que ver, que hace cuatro días, la oposición de la alianza Rescate RD y aprendiendo de sus errores y heridas, ha motorizado en la persona del expresidente Leonel Fernández de la FP y seguido a regañadientes por el PLD, en tanto calurosamente por el PRD y aliados, la ruptura del monopolio de manejo de opinión semanal que Abinader tenía en sus ruedas de prensa de cada lunes.

Ya no es así, Leonel salió con su propia rueda de prensa semanal y lo más peligroso para el PRM y Abinader, con una mortal rueda de prensa en la que son voces de la población las que recitan con ardor el rosario de iniquidades y abusos que quienes hablan y de toda la geografía nacional manifiestan y con lo que, de golpe, se hace evidente, que el gobierno y el mismo Abinader han perdido el control del monopolio de la opinión pública.

A partir de ahí, a Abinader le resulta muy cuesta arriba mantener la fidelidad de la gran mayoría que tenía y lo más patético, que, en este sentido, la deserción entre los votantes que son empleados públicos y que ya comienza con cierta timidez, debería de ser más que preocupante y para un oficialismo, que ya empieza a perder la batalla de la opinión pública.

Desde luego, esto no quiere decir, que Abinader ya perdió los comicios y mucho antes de estos presentarse, pero sí que Leonel le dividió a la opinión pública y lo que se verá con rotundidad en el debate presidencial empresarial del día 24 que ha sido convocado y que los cuatro principales candidatos presidenciales han aceptado.

Estamos hablando, de que, al día de las elecciones, todavía se darán tres ruedas de prensa y tanto por Abinader como de parte de Leonel y que para el candidato opositor será un decisivo punto a favor y siempre y cuando gane el debate presidencial y como todos los sectores auguran.

Entonces, el panorama habrá estado definido para la última rueda de prensa que será el lunes 13 de mayo y se apuntalará, cuando se inicie la veda electoral de dos días antes de los comicios.

Aún más, cuando los empresarios y financistas noten que su candidato vaya a perder, se verá como moverán sus medios en la prensa mercancía y para presentar la carrera continua de encuestas entre sus empleados y como un modo de imponerse y confundir a la atrapada opinión pública y por lo cierto, de que a Abinader, sus socios del empresariado sienten que serían los mayores perdedores y quieren resguardarse.

Y si al mismo tiempo, estallara en las redes sociales la campaña de amortiguamiento guerrillero de parte de los periodistas, comentaristas y medios y lupanares mediáticos del aparato de propaganda oficial, se entenderá que Abinader, el PRM y su gobierno están desesperados, de modo, que los observadores no dudaríamos en entender, que el PRM y su gobierno se habrán preparado para su paso más arriesgado, robarse los comicios y denunciando sus resultados.

Naturalmente, no decimos que el esquema anterior pudiera resultar parecido a lo que resultara el 19 de mayo en la noche, pues tampoco no se puede desestimar o ignorar semejante acto de estupidez y suicidio político y sabiendo, que el PRM, cuando no gana, arrebata. Pero y por el cambio drástico de opinión púbica que se está viendo, parecería que cualquier intento oficialista por desconocer los resultados electorales, los dominicanos recordaremos por mucho, lo que sería la más grave muestra de desquiciamiento colectivo oficialista que se habrá visto y mostrando un fracaso rotundo. Hay mucho hastío en la población y lo que tampoco sea un factor que se pueda ignorar.

De ahí que solo recordemos, que el peor efecto del fraude electoral de febrero 18 es, que Abinader aumentó en más de un 30 por ciento su tasa de rechazo y por lo que, y si nada cambia, su reelección peligra. Con Dios. (DAG) 18.04.2024