Si por nosotros fuera, la candidatura ideal debería de ser Abinader y Abel, pero el realismo político da otra opción y la que mañana estamos seguros que se revelará

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En un país tan políticamente primitivo y como es el dominicano, en el que su población electoral se maneja por las emociones y la falta de racionalidad y en donde prima el afán de lucro extremo de parte de la mayoría de su gente, quienes a su vez y en parte, influenciados por la corrupción política y económica, no conocen medida en materia de hasta traicionarse a sí mismos.

Que desde un medio de comunicación y de información de masas se dé una opinión contrastante con relación al oportunismo reinante y en cuanto a que se favorezca a determinados candidatos presidenciales y prácticamente a 27 días de las elecciones del 19 de mayo, viene siendo lo más parecido a un suicidio político, dado que se entiende, que al señalar a dos y no darle el mismo status de ganancia a un tercero o a todos los otros, el medio se cierra puertas y se gana incontable adversarios o radicales enemigos.

Sin embargo, en POR EL OJO DE LA CERRADURA entendemos, que a los potenciales electores hay que tratar de presentarle opciones de candidaturas que vayan directamente relacionadas a preservar los intereses permanentes de la nación y de lo que se trata el presente análisis político de Estado.

Ahora mismo y en contra de nuestro criterio, hay una desmesura propagandística extraordinaria y extrema, queriendo presentar la reelección presidencial como la mejor opción y por encima de tal percepción, entendemos que el presidente Abinader y tal como ahora se dan los números, no tierne todas las de ganar y dado que el rechazo de su candidatura como derivación directa al rechazo del accionar del PRM al robarse los resultados de las elecciones municipales pasadas, no ayuda en mucho a que el primer mandatario pudiera estar de vuelta a su alta posición  de simpatías que tenía al comenzar el año.

Hablar sobre el porqué de esta desmejora en simpatías y no tanto de rechazo persé de su candidatura, es entrar de lleno en el hecho, de que el gobernante y siempre para los últimos 30 días de campaña y como en esta nación es recurrente, la acumulación de errores tácticos y el desenfreno tratando de imponerse frente a todos los otros candidatos, estratégicamente le lleva a una situación de rechazo nada provechoso  y que se agrava, cuando se escucha a Abinader decir, que él entiende que no hay nada que hablar de su candidatura y porque asume, que la misma es una que se impondrá  por encima de cualquier voluntad a contrario.

Y cuando ese tipo de declaración tan tajante se presenta, se hace evidente el desagrado de tantos ciudadanos y al entender, que la arrogancia que se encierra en semejante declaración y directamente, habla de un sentido irracional del poder que se cree absoluto y para imponerse por la fuerza de los recursos del Estado a mano y ello, al momento que se razona, le da un hándicap negativo al candidato de que se trate.

Naturalmente, ¿por qué conociendo las debilidades de la candidatura de Abinader a este día, nosotros salimos con que, si hubiese una alianza de este con el candidato presidencial del PLD, sí que podría ser factible que tal combinación ganara la elección presidencial?, porque el otro candidato, incluso más joven que un Abinader, que no pasa de los 56 años, Abel Martínez y por su atractiva experiencia de haber trabajado dentro de los tres poderes inter independientes del Estado, le hace un objeto de marca electoral gananciosa, que no puede ser desestimada, salvo que sorprenda a todo el mundo y derrote al unísono, al presidente como al expresidente Leonel Fernández.

Al mismo tiempo, ¿cuál es la razón de que entendamos, que el expresidente Fernández y por más que se suponga lo contrario,  aparentemente confronta una seria oposición generacional y muy emotiva en los segmentos Y, X, Z, quienes en amplia mayoría y entendiéndose que para los ciudadanos entre los 27 y 59 años, Fernández no fue todo lo diligente a favor de esos sectores tan decisivos para estas elecciones y para colmos, ya se ha visto que Abinader ha sabido metérsele a la juventud de los barrios de las ciudades entre los 18 y 30 años y al agenciarse lideres comunitarios que a esa masa de juventudes les responden a lo inmediato y sin pensar mucho, se entienda, que tiene un serio obstáculo en materia de percepción por parte de los electores jóvenes y lo que por supuesto, también podría cambiar.

Fernández y contra lo que parezca, no ha tenido esa suerte y por eso se le ve extremadamente interesado, en que su hijo, el diputado Omar Fernández, sea su carta de triunfo frente al voto joven y como catapulta que le permita a su partido en el 2028 presentar y tener un fuerte bloque juvenil compacto y firme, que le despeje el camino a su partido FP para llegar a la presidencia de la nación.

Aquí hacemos un alto y advertimos a nuestros lectores, que Fernández tiene en contra y aun cuando todavía no lo parezca, al sector mediático, el que por adelante esa gente les sacan los dientes, pero de espaldas casi habría que decir que le sacan la lengua. Entonces y en la medida que Fernández une su tasa de rechazo a la que ahora tiene Abinader, por lógica hay que asumir, que el candidato Abel Martínez podría ser la opción sorpresa y que si se aliara a Abinader es una opción gananciable, no así si se uniera a un Leonel, que, frente a la juventud del cibaeño, sería un duro contraste que no iría a su favor.

Solo hay que ver, que Leonel casi no se deja ver frente a su hijo Omar y por la determinante razón, de que la apabullante juventud del hijo reafirma la imagen de anciano de su padre y en apariencias lo mismo ocurre si se uniera a Abel. De todas maneras, mañana 24 será el gran debate presidencial y del mismo resultará, quienes son los candidatos más prometedores y cual la alianza tentativamente más provechosa.

De ahí que digamos y a modo de un debate mediático amplio, que si por nosotros fuera, la candidatura ideal debería de ser Abinader-Abel, pero el realismo político da otra opción y la que mañana estamos seguros que se revelará, aunque tampoco haya que cerrarse a banda y menos, viendo, que en la medida que el alcalde candidato avanza mostrando madurez, más estaría cerca la hipotética alianza Leonel-Abel. De hecho, la carrera presidencial está muy cerrada y la diferencia, perfectamente y contra todo pronóstico que la podría presentar Abel. Con Dios. (DAG) 23.04.2024