Entre las extravagancias de los youtubers e instagramers criollos y el juego al escondido de los políticos opositores y sus periodistas, existe otra realidad que todos debemos buscar y encararnos decididamente y haremos patria

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Todavía hay personas que no se acostumbran a las actitudes y pasos de las nuevas celebridades nacionales hijas de una amplia presencia en internet y en sus plataformas dentro de las redes sociales y quienes, de buenas a primeras, se han constituido en la versión presumible de lo que es o se supone que es la vida de escándalos de la juventud dominicana proveniente de la pequeña burguesía y principalmente en los barrios de nuestras ciudades.

Así mismo, llama la atención como la nueva oleada de artistas de ambos sexos y con sus ritmos totalmente distintos a los ya conocidos por la cultura nacional, pero los que sin duda, enriquecen el acervo musical dominicano y plantan una verdadera revolución en el arte y dentro de la farándula, han logrado posicionarse de la idiosincrasia  nacional y al punto, de que parecería, que un nuevo tipo de joven dominicano, no que simplemente se perfila sino que de hecho, se ha posicionado como la muestra más elocuente del tipo y nivel de vida y ámbito cultural propio y de una juventud, en la que sus valores parecerían que cada vez hacen sentir más caducos a los anteriores y por el vigor, lozanía e intrepidez de sus exposiciones de como los presentan, abogan y defienden.

En el plano artístico, está claro que la exponente urbana Tokischa o su igual El Alfa y en cierto aspecto, ese otro de estilo underground, RochyRD, quien entra al mundo del espectáculo y las correrías faranduleras, con ese inconfundible sello de cuasi delincuente y reo nacido en las cárceles en donde ha habitado, parecería, que de buenas a primeras se han apoderado de lo que es la representación de la nueva juventud dominicana y sin dejar de ser fieros exponentes de una singularidad creativa, que prácticamente a dejado fuera de actuación a connotados músicos y cantantes urbanos como Mozart La Para, Omega, Marta Heredia y hasta el Mayor Clásico y tantos otros, que por muchos, es imposible mencionar y quienes desde que nacieron a la luz pública, han sido los exponentes celebrados de nuevas generaciones artísticas de jóvenes dominicanos. Y respecto a youtubers y su gran ascendiente social y para mencionar, se tiene a Carlos Durán, Adolfo Lora, Jaden Michael y Sergio Carlos.

Al mencionar los anteriores, bajo ningún concepto estamos desmereciendo a los otros tantos de talento y dinámica expositiva que existen y que el clamor público nunca olvida y siempre retiene por sus versatilidades y actuaciones y todos sin excepciones, como los verdaderos exponentes y dueños, no solo del nuevo arte musical criollo y la nueva comunicación digital, sino como la muestra definitiva de cuando una nueva generación se le impone a la más vieja y en un santiamén se hace dueña de la vida nacional.

Esta revolución del espectáculo ha sido tal, que ya mismo, quienes por adultos o mayores se escandalizaban con estos exponentes de juventudes y tanto por su forma de vestir como de hablar y ni que decir por la mayoría de sus composiciones tan atrevidas e irreverentes, al final, han tenido que aceptar la realidad, de que cada generación trae sus propios valores y que las más viejas y resignadamente, deben entender, que no solo hay que aceptarlas y sí darles paso.

De esta manera, una nueva cultura entre atrevida y sensual domina el arte y la farándula criollos y tanto, que ciudadanos que todavía no se avienen a reconocer esta nueva cultura generacional, poco a poco han empezado a entender, no que simplemente hay que tolerarla y sí acomodarse a la misma y para no correr el riesgo de desaparecer entre las brumas de un pasado que nunca volverá.

Desde luego, el fenómeno de vida generacional que se presenta, en modo alguno quiere decir, que nuestra música y valores tradicionales vayan a desaparecer, sino que, al contrario, al compararlos con lo nuevo, tenderán a ser apreciados en lo que debe y como exponentes de la época de oro de la música y el arte popular y que es lo que queremos resaltar en este comentario o análisis social de características no políticas y sí de honda raíz popular.

En este aspecto, la parte política hay que entenderla y en el hecho, de que es un cambio de valores y generacional, tan acusado el que se está dando en el arte y la farándula, que sorprende, que parecido desempeño no se observe a plenitud en el mundo del  activismo social, donde individuos que hace sesenta años se iniciaron en la política, todavía se mantienen al frente de partidos, grupos y sindicatos y como si el tiempo no les pasara y entendieran, que en aras de sus respectivas vigencias, debieran de detenerlo y lo peor, impedir que nuevos valores les sustituyan.

Por esa anormalidad, el liderato político y en líneas generales, permanece estancado y la mayoría de los lideres políticos, empresariales, sociales y hasta religiosos, ocupan más su tiempo tratando de arrinconar a los nuevos y emergentes y para nada entendiendo, que hay que evolucionar y ceder paso y espacio a quienes, por fuerza de la naturaleza, están llamados a sustituirlos.

Paradójicamente, el pueblo dominicano, cuyo 80 por ciento nació desde el 1961 al presente, hace dos años y en mayo de 2020, se dio un nuevo valor generacional de 53 años como presidente de la República y con este, nos referimos al joven presidente Luis Abinader, la juventud y por primera vez en los últimos 30 años, siente que las puertas del liderazgo y la conducción se le abren y como no había ocurrido con aquella primera etapa en el 1966 ni en la segunda en el 1996 y por la gran diferencia, de que es la nación la que ahora ha creado las nuevas circunstancias y para que la juventud y definitivamente, desplace a las viejas generaciones y en todos los ámbitos de la vida nacional.

Sí una sola excepción, la del talento intelectual y desde la literatura, la historia, la economía, la abogacía, el mundo científico y al periodismo, cuyo tránsito al retiro va en menor velocidad y porque es la condición de capacidad intelectual analítica la que norma sus pasos y para servir como base sólida para la nueva intelectualidad.

De esta suerte es que decimos, que entre las extravagancias de los youtubers e instagramers criollos y el juego al escondido de los políticos y principalmente los opositores y sus periodistas, existe otra realidad que todos debemos buscar y encararnos decididamente y haremos patria. (DAG)