Es preocupante. Pues parecería que los lupanares mediáticos en las redes sociales son los clones que el Gobierno tiene para imponerse a nivel de manipular a la población

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Que un gobierno tan poderoso como el del presidente Luis Abinader y el Partido Revolucionario Moderno (PRM) y con todo y ser dueño de las más grande como demoledora maquinaria mediática y de propaganda y como muy pocos gobiernos hayan tenido, que ahora se muestre logrando un control de más del cincuenta por ciento del universo en las redes sociales y en especifico, en los lupanares mediáticos, sin duda, es un logro y ventaja comparativa, que sería un grave error que sus adversarios quisieran subestimar.

Prueba de ello la encontramos en lo fácil que al oficialismo le ha resultado doblegar voluntades opositoras y en materia de prácticamente desarticular los cuadros directivos de los principales partidos opositores y lo extraordinario, de hasta lograr que más de un veinte y cinco por ciento de cargos de elección directa a nivel municipal y ya comprobado y amenazando en lo  congresional y también a nivel presidencial, se han plegado a favor de la reelección presidencial  y de la continuidad del PRM a nivel de control legislativo.

Incluso, ya en febrero pasado, el gobierno y su partido, sencillamente barrieron y se impusieron con el 70 por ciento de las candidaturas y al grado, de que ahora y de cara al próximo día 15, cuando las nuevas autoridades municipales se juramentarán y se instalarán en sus cargos, se podrá comprobar que la maquinaria propagandística oficial y por sus efectos punitivos, le ha provocado una muy seria derrota a la oposición y en particular a la alianza Rescate RD y que de tan poderosa, todavía la oposición no se ha repuesto de la sorpresa y peor, aún no ha sabido como enfrentar  la nueva situación y la que sin duda, es lo más parecido a un presagio para los adversarios del gobierno en el escenario de las presidenciales y legislativas de mayo 19.

El despojo electoral experimentado por una oposición, que sorprendentemente se dejó arrebatar el control de la mayoría de los gobiernos municipales, también habría que calificarlo hasta de premonitorio, si como se conoce, ya el gobierno en funciones como también el PRM, han demostrado que no se andan en chiquitas con tal de retener el poder y lo que también ocurre ante la pasividad, silencio y complicidad indirecta de todas las fuerzas sociales nacionales dentro de sus fuerzas vivas y sociedad civil.

En este sentido y racionalmente, no se debería ser todo lo optimista que se quisiera y para quienes entendemos, que lo mejor de la democracia es cuando existen instituciones de contrapeso, que en algún momento pudiera controlar los excesos del poder institucional monopólico.

De ahí, que la mayor esperanza y si queremos que la democracia sobreviva a la ambición de poder absoluto y casi desenfrenado de lo que es el gobierno de un solo partido y el peso terrible de una presidencia imperial, es que desde lo más oculto del alma nacional, haya una reacción cautelar ciudadana, de entender y por la manera en cierto modo atropellante de como Abinader y el PRM se han impuesto, de que para la buena salud de la República, los ciudadanos necesitamos una especie de gobierno compartido en el que las principales fuerzas políticas se hagan contrapeso entre sí.

Sin embargo, cuando también se observa que Abinader ha logrado y por vía del extraordinario culto hacia su persona, que mucha gente le vea como el ser providencial que iría a resolverlo todo, que haya el pálpito, de si por la blandenguería y hasta complicidad opositora, ganara su reelección constitucional, él y su partido arrasaran de nuevo en las decisivas elecciones de mayo 19.

Todavía más, si para el día 24, cuando se dé el anunciado debate presidencial y los candidatos principales ya invitados y todos aceptando el compromiso, ninguno de los opositores lograra un resultado firme y concluyente para que los ciudadanos entiendan que la reelección puede ser detenida, sería hasta muy cuesta arriba no entender que existiera ahora mismo, la probabilidad de que Abinader y su PRM se vayan a la primera vuelta.

De todos modos, como medio de comunicación y de información de masas que se respeta y desde el mundo digital, ni en sueños nos atreveríamos a decir, aquello que la propaganda oficial es tan reiterativa, de que Abinader ganaría los comicios y aplastantemente y sí que preferimos esperar el desenlace del anunciado debate y para que a partir de sus resultados, empezar a entender a qué nivel y distancia se encuentran las principales fuerzas políticas entre sí y sus candidatos presidenciales y legislativos.

De hecho, sí abogamos porque la ciudadanía entienda lo importante, de que del resultado electoral haya contrapesos y como sería, que un partido gane el Poder Ejecutivo y otros el Poder Legislativo y mucho más, cuando ya se conoce, que con fraude o no, compra de votos y candidatos también, el gobierno y el PRM se han alzado con el Poder Municipal.

Solo hay que ver, lo atropellante de como se ha convertido la maquinaria oficial de propaganda y desde las redes sociales, dando todos los pasos de lugar y para obtener la mayor cantidad de adhesiones, al tiempo que paralelamente, los medios de la concentración de medios en pocas manos, poco les falta para aplaudir al gobierno, Abinader y a su partido y tanto y como si los periodistas de esos medios tradicionales fueran activistas políticos del oficialismo.

Ante este plano, es más que vergonzoso el comportamiento a nivel general del mundo mediático y en donde a duras penas hay espacio para la disidencia y la oposición política y lo que nos hace temer, de que si el gobierno retiene el poder, podría darse una especie de democracia autoritaria que hiciera desaparecer todo vestigio de un ejercicio democrático funcional y mucho más, cuando también es evidente, que organismos de la sociedad civil como de las fuerzas vivas, apenas se distinguen de las organizaciones afines al oficialismo y al PRM y que significaría, que la República y sus instituciones, irían hacia un retroceso institucional total, salvo que si Abinader ganara los comicios, él mismo compartiera y en una medida manejable como salvable, el poder que ahora con tanto empeño se disputa.

Nada extraño entonces que digamos, que es preocupante. Pues parecería que los lupanares mediáticos en las redes sociales son los clones que el Gobierno tiene para imponerse a nivel de manipular a la población. Con Dios. 07.04.2024