Esa ética periodística tan vulnerable y nada creíble

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Lluís Miquel Hurtado, es un periodista corresponsal en Afganistán del rotativo español La Vanguardia que emite la siguiente consideración y la que refleja de manera exacta el dilema de credibilidad en que se debaten los periódicos escritos de la prensa mercancía dominicana:

“Esta crisis ha pillado a la gran mayoría de la prensa española en bragas, presa de malos vicios adquiridos en los últimos años. Acostumbrados a pagar miserias, el terreno se ha quedado casi vacío de periodistas, capaces de captar, procesar y transmitir información veraz. Sin correas de transmisión capaces de aportar información de sus fuentes, perspectiva y contexto, han pasado dos cosas: muchos medios, sobre todo teles, han aportado únicamente emotividad. Todo era emoción, y entremedios datos incorrectos, información sin base, nula perspectiva”. Ese corresponsal, dice la periodista, Susana Quadrado de la Vanguardia Fundación Lucas de Tena “cuestiona cómo el espacio de información que deberían ocupar quienes saben ha sido copado por opinadores que vagamente conocen la región o el fondo del conflicto, entrevistas con carga emotiva o perspectivas de nicho –el militar, el político, el refugiado–. Y eso me lleva al cuñadismo informativo: hay que ver (y/o oír) para creer la jeta que tienen algunos del oficio y otros ajenos para pontificar sobre cualquier tema, el que sea, sin tener ni idea. Hurtado acaba su hilo con una verdad como una catedral. Todavía estamos a tiempo de revalorizar el periodista. ¿Cómo? “Faltan lectores exigentes y capaces de pagar por calidad, y medios dispuestos a apostar”. A apostar por la calidad y por el oficio”. [OJO]