Frenar la inflación para proteger los dineros del mundo financiero impidiendo su desvalorización, no es la mejor de las iniciativas

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En momentos de crisis económica o financiera o de colapso de una economía porque una pandemia a gran escala amenaza su funcionabilidad así como la supervivencia de una nación, que se tome el camino, a nuestro entender errado, de elevar la tasa de interés, cuando lo que correspondería es que se impulse el gasto mediante la circulación de mayor cantidad dinero circulando y de forma que el desenvolvimiento económico de los ciudadanos y de los entes de producción, no sean obstaculizados, a nuestro juicio y que es un criterio de años, es el peor camino que una institución financiera y monetaria reguladora podría emprender.

Lo que importa, es que la gente tenga dinero y lo gaste o lo invierta. No que el poder adquisitivo de la moneda se venga al suelo y porque sobrevendría lo que los expertos llaman un estancamiento por inflación, que a corto plazo genera malestar ciudadano y crisis social.

En este aspecto, consideramos que al Banco Central hay que advertirle, que mientras se considere como el policía de los dineros de los bancos y no la institución que beneficia la economía de los ciudadanos y todo, porque la mayoría de sus ejecutivos y altos cargos, o están de prestado por los bancos o aguardan el momento de que estos los enrolen en sus nóminas, nunca habrá maneras de entender, del porqué actúa como freno a una economía en expansión que no necesita de que se la detenga, cuando en estos momentos, lo que debería suceder, es que el dinero circule a mayor cantidad y para que con la dinámica que se genere, la economía se caliente y al poco tiempo se vuelva a la normalidad. La inflación no es el cuco al que hay que temer, sino la burocracia financiera que no quiere perder sus privilegios. (DAG)